El Titánico se impuso por la mínima al Tuilla, en un emocionante derbi comarcal que dio los tres puntos al conjunto lavianés, merced a los goles de Manu Casariego y Matheus.

Catorce años después regresó la Tercera División al campo de Las Tolvas, con un derbi comarcal entre el Titánico y el Tuilla. Los lavianeses venían de caer derrotados el miércoles en la previa de la Copa, mientras que los arlequinados buscaban sus primeros puntos, tras la derrota encajada en El Candín en la primera jornada frente al San Martín.

El guion del partido fue claro, con el Tuilla dominando e intentando practicar un fútbol combinativo, ante un Titánico que practicaba el repliegue intensivo para buscar rápidas contras a la espalda del rival. Fue el Tuilla quien avisó a balón parado, antes del minuto diez, pero el remate de Álvaro Viña se topó con un buen despeje de Roberto. Cinco minutos más tarde, otra falta en la frontal -ésta más centrada-, la envió por encima del travesaño nacho Méndez.

A partir de esos primeros momentos de tanteo, en los que el Real Titánico se había dedicado más a defender que a atacar, el conjunto rojiblanco empezó a mostrar sin tapujos sus armas. Jairo Huerta entraba constantemente como un puñal por la banda derecha y Mario empezaba a enseñarle su hábil regate a su par por la banda contraria, haciendo sufrir al Tuilla en la transición defensiva. Así, tras varios intentos de Huerta, Pibe y Barbón, llegó el primer gol local. Mario filtró un gran pase por dentro a la incorporación de Manu Casariego, que regateó con solvencia al guardameta Raúl y finalizó a placer con la portería vacía.

Casi sin tiempo para saborear el primer gol unos y para recuperarse otros, de nuevo gran jugada de Mario sorteando rivales y pase atrás para Pibe, que golpeó con todo a favor provocando que el central visitante Prendes decidiera interceptar voluntariamente el balón con la mano. El colegiado Muñoz Suárez no dudó: penalti para el Real Titánico y roja para el defensor. Matheus con potencia sería el encargado de transformar el penalti asegurando al lado natural. En cinco minutos 2-0 y el Tuilla con diez hombres. Todo se ponía a favor de los locales, que incluso en una jugada similar, con Mario y Pibe como protagonistas, pudieron sentenciar el encuentro, pero no acertó el delantero a finalizar a gol justo antes del descanso.

Pero, cosas del fútbol, salió el Tuilla decidido en el segundo tiempo a mejorar la imagen dada en la primera mitad, pese a estar con un jugador menos y tener una gran desventaja en el marcador. Y lo lograron hasta el punto de apretarle las clavijas al Real Titánico hasta acabar con los locales pidiendo la hora. Con el mismo dominio de la pelota, pero con más velocidad, más mordiente y más sentido del juego, los arlequinados lograron ahogar a los de Adrián González, que no encontraban la manera de salir con solvencia, ni de mantener la pelota en su poder para hacer sufrir a su rival al menos en la recuperación de balón. Aunque las ocasiones no eran claras, el empuje se hizo efectivo en el minuto veinticinco de la reanudación, cuando una falta lateral muy protestada por los locales la convirtió con maestría Nacho Méndez en el 2-1. Sin embargo, sin tiempo para respirar, llegó la ocasión más clara para el Real Titánico en el segundo tiempo, que tuvo como inesperados protagonistas al central Beni y al guardameta Raúl. Tras una falta de entendimiento en la cesión de cabeza del defensa y con el portero muy lejos del marco, la pelota se acercó peligrosamente a la red defendida por el Tuilla, obligando al arquero a un sprint a vida o muerte para sacar la pelota en la misma línea, cosa que finalmente logró.

Tras el gol visitante, las dudas asaltaron al cuadro local, que se reagrupó en torno a su portería enviando pelotazos largos a los hombres de ataque, todos recién incorporados al partido en la segunda mitad. Pero ni Prida, ni Pelayo ni al final Samuel lograron poner en serios aprietos a la defensa rival, que sin embargo seguía empujando creando más sensación de que el empate estaba más cerca que la sentencia. Máxime cuando Borja Noval pateó una falta desde la frontal que superó la barrera y obligó a Roberto a lucirse para enviar a córner. La última del encuentro fue también para el Tuilla cuando, en el tiempo de descuento, el veterano Jandro golpeó de exterior con intención y el rebote en un defensa local se fue milagrosamente a córner cuando el cambio de trayectoria de la pelota ya había dejado fuera de combate al meta local.

Así, con apuros y con un tiempo para cada equipo, se llegó al final del encuentro, con el resultado de 2-1 que deja unas premisas muy claras sobre la mesa. En esta Tercera División, ni hay enemigo pequeño, ni rival fácil.

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