Los lavianeses no pudieron con el Anaitasuna, que fue superior en una segunda parte donde el Titánico evidenció su falta de rodaje competitivo.

Con la miel en los labios se quedó el Titánico, que no pudo con un Anaitasuna superior, en un partido donde influyó el estado físico de los dos equipos, ya que los vascos llegaron a la cita más rodados que los lavianeses. La primera parte estuvo igualada y sin apenas ocasiones, y en la segunda fue mejor el equipo de Azkoitia, que tuvo ocasiones para conseguir una renta superior.

El encuentro se disputó a puerta cerrada, como todas las competiciones deportivas que hay en el Principado de Asturias. Tan sólo accedieron representantes de los medios de comunicación y directivos de los equipos implicados. Como anécdota, se registró el intento de varias personas que se trataron de colar por la puerta, pero que fueron expulsadas por los directivos del Titánico.

Jugar contra un equipo de Primera División era el botín en juego en este encuentro de clasificación para la Copa del Rey, que se disputaba a partido único. La tensión se palpó en una primera parte igualada y sin apenas trabajo para los cancerberos. No hubo dominador claro y tampoco ocasiones, aunque las llegadas más claras fueron para el Titánico. La mejor llegó a los cinco minutos, tras un buen trabajo colectivo de presión sobre la zaga y el meta vasco; Jairo Santos interceptó en zona de 3/4 y probó fortuna aprovechando que Mikel Ruiz estaba desubicado, pero el balón salió rozando la cepa del poste izquierdo.

El Anaitasuna lo intentaba por la banda derecha, con las incorporaciones del lateral diestro Aitor Barbarín, pero no inquietaron a Roberto Pérez en toda la primera mitad, que prácticamente intervino solo con los pies. Manu Casariego tuvo un remate alto, a la media vuelta, tras un saque de banda que llegó al segundo palo.

Todo cambió en la segunda parte. El Anaitasuna dio un paso adelante y tuvo dos buenas ocasiones para adelantarse en los primeros compases, la primera la sacó Gito bajo palos y en la segunda, Ander, remató alto con todo a favor un pase atrás desde la izquierda. Estas ocasiones fueron la antesala del gol del 0-1, que llegó tras un lanzamiento raso y a su izquierda de Mikel Arzalluz. El colegiado decretó esta pena máxima al considerar derribo de Robles sobre Asier Ugarte.

El gol dejó tocado al Titánico, que trató de responder, pero la zaga vasca defendió con acierto los balones colgados y los centros laterales del conjunto lavianés. El ritmo de competición también se notaba y es que el Titánico sólo había disputado un partido de liga, por los cuatro del equipo de Azkoitia.

Adrián González dio entrada a jugadores de refresco y movió fichas, con el ánimo de agitar el partido, pero sin éxito, ya que fue el Anaitasuna quien dispuso de las mejores ocasiones para sentenciar. Ander con un disparo que despejó Roberto y Julen Odriozola, que -con todo a favor- remató alto tras un saque de esquina.

Ya en el añadido llegó la sentencia de los guipuzcoanos, con el 0-2, obra de Mikel Arazmendi. El atacante aprovechó un buen pase de Mikel Arzalluz para poner la guinda, segundos antes de que el colegiado decretase el final del encuentro. Un gol que fue muy celebrado por los jugadores del Anaitasuna, y también en la grada por parte del resto de la expedición, conscientes de la importancia de la victoria, a nivel económico -ya que percibirán unos 20 mil euros- y a nivel deportivo por el enfrentamiento ante un rival de Primera División que visitará Azkoitia.

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