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Lotería Las Arenas

El Real Avilés Industrial, de visitante en casa

Miércoles 21 de Octubre de 2020
Jorge Valverde

Por primera vez en su historia, el conjunto avilesino no jugó como anfitrión en el Estadio Juan Muro de Zaro.

En las próximas líneas trataremos de interpretar un ejercicio de prestidigitación que ya quisieran para sí Harry Houdini, David Copperfield o Juan Tamariz. Sí, vamos con el más difícil todavía, mezclar los términos “Real Avilés” y “Fútbol”, algo impensable en los tiempos que corren y no precisamente porque aquí tenga algo que ver el coronavirus disease.

Este domingo, el Real Avilés fusionado jugó por primera vez en su historia como visitante en el Juan Muro de Zaro. Para ser exactos, la circunstancia acontece en el partido oficial número 191 que disputa en el estadio de Llaranes, el primero de los cuales tuvo lugar el 14 de septiembre de 1983, día que se enfrentaba al Real Oviedo en eliminatoria de Copa del Rey. Ese primer precedente estuvo marcado por lo circunstancial, pues se decidía llevar la ida de aquella eliminatoria copera a última hora de la tarde y, por entonces, el Román Suárez Puerta carecía de instalación eléctrica.

Por la misma circunstancia, curiosamente, comenzó el Real Avilés Industrial a ejercer como anfitrión, ya de forma regular, en el estadio ribereño –vamos a concederle al río Arlós la consideración de cauce fluvial–. El hecho coincidía con el estreno en Segunda División, en 1990, hace ahora 30 años. El por entonces alcalde socialista, Santiago Rodríguez Vega, en plena celebración por el ascenso y, prácticamente desde el mismísimo balcón consistorial, proclamaba la provisionalidad del traslado, apuntando que “el proyecto de Las Meanas, por encima de intereses políticos, económicos o periodísticos, saldrá adelante”. Nada más lejos de la realidad porque, aunque salir, salió, la “provisionalidad” se terminó después de una larguísimo período, cuando Rodríguez Vega ya no estaba al mando de la alcaldía.

En coincidencia con la última década de los 90, el aficionado del Real Avilés Industrial asistió al Juan Muro de Zaro durante 9 temporadas y media, a las que se añaden tres puntuales y ruborizantes momentos. El primero, durante la Copa Federación del verano de 2009, a causa de los destrozos que el césped del Suárez Puerta sufría tras un concierto de la banda de rock La Fuga, por entonces de gira con un recopilatorio de nombre “apropiado” para la ocasión: Asuntos Pendientes. El segundo, en la temporada siguiente, 2010-2011, tanto en Copa Federación como en dos partidos de Liga, cuando la instalación de Las Meanas padecía la gestión de un club tan a la deriva que hasta la suministradora le cortaba el agua calefactada. Y el tercero, en el arranque del ejercicio 2011-2012, en este caso por la sobras de acondicionamiento del Suárez Puerta, recién desembarcado el primer inquilino de la SAD, Golplus.

Añadiendo la singular comparecencia del pasado domingo, El Real Avilés, con y sin el añadido “Industrial” en su denominación, disputó 191 partidos oficiales en el Muro de Zaro, con intervención de 189 jugadores (57 nacidos en Avilés, 72 en el resto de Asturias, 45 en el resto de España y 15 en el extranjero). El gran protagonista es Joaquín Alonso, que encabeza tanto el ranking de partidos (148, el 77% de los posibles) como el de goles, 57, la quinta parte de los 289 anotados por el equipo, desde el primero, obra de Luis Castro (diana al Rayo Vallecano, el 16 de septiembre de 1990, en la portería del fondo norte) hasta el último, el de Natalio Lorenzo del pasado domingo, en la del fondo sur, la más cercana al túnel de vestuarios.

En el apartado de guardametas, el hospitalense Santi Calvo es, con mucha diferencia, el que más veces salvaguardó las porterías del Muro de Zaro, 71, el triple que su inmediato seguidor, Esteban Andrés, al que le bastó la recordada temporada 1995-1996 para dar el salto al profesionalismo.

En el último apartado individual, el de los entrenadores, son 13 los que se reparten los 191 partidos, el 65% de los cuales quedaron en manos de José Luis Quirós, Vicente González-Villamil y Raúl González.

El balance de resultados es muy favorable, con 85 victorias, 60 empates y 46 derrotas. El Muro de Zaro entrañaba una especial dificultad para los equipos andaluces, ninguno de los cuales logró ganar en sus 7 visitas; para los castellano-leoneses, que sólo ganaron dos (Salamanca y Ponferradina) de sus 17 partidos; o para los vascos, que, en 15 presencias, sólo salieron airosos un par de veces (Durango y Lemona), con cierta paradoja en el caso de estos últimos, que fueron a llevarse los puntos en la mejor temporada de los avilesinos en Llaranes, 1995-1996. También resulta llamativo comprobar cómo ninguno de los rivales con mayor poder de convocatoria, como Deportivo La Coruña (récord de entrada, con 6.000 espectadores y una recaudación de casi 40.000 euros, unos 6 millones de pesetas, de las de 1991), Celta, Málaga o Betis fue capaz de ganar en el Muro. En cuanto a la procedencia de los visitantes, todas las comunidades autónomas se vieron representadas, excepto la de Aragón, además de ciudades de Ceuta y Melilla.

El puntual regreso al antiguo Santa Bárbara nos sirvió, por unos momentos, para recordar que el Real Avilés también jugó alguna vez en campos de fútbol. Sin duda, el recorrido por el Román Suárez Puerta, que hace unas semanas cumplía 77 años, y por el de los otros 228 escenarios que visitó oficialmente, daría para mucho más.

 

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