Volvía la Liga, volvía la Tercera
División a El Candín, que acogía el primer envite de
su equipo en esta atípica temporada que tenemos por
delante. En frente, un compañero de cuenca, el San
Martín. Un conjunto sotrondín, como viene siendo
habitual en las últimas campañas, muy remozado, pero
muy competitivo. Muchas bajas e importantes en el
cuadro local, lo que no impidió a Manolo Simón armar
un once de garantías.
Salió mejor el Tuilla, y en
cuatro minutos tuvo tres acciones de gol, alguna
clara. Serían las tres únicas para el cuadro
dinamitero en todo el partido. La primera tras una
pared entre Nacho Velardi y Álvaro Pozo que el de
Riosa envió alto por poco desde fuera del área. Sólo
un minuto después, gran jugada con taconazo de
Velardi, centro raso de Dani Hevia y Jandro, hoy de
“9”, con todo a favor, envió sólo en área pequeña
alto. Cuerpo atrás y ensayo. La tercera y última de
los de Simón llegaría tras acción de Viesca, centro
y remate de Nacho Méndez que atrapó con apuros Álex.
Hasta aquí el Tuilla en ataque. El San Martín, serio
y competitivo durante todo el partido, jugó su
partido y lo jugó a la perfección. Se acercó con un
disparo de Dorian duro que atrapó Raúl abajo. Esto
fue todo lo que trajo el primer acto. Descanso.
La segunda mitad tuvo a un San
Martín que adelantó líneas, y a los diez Dorian
recogió una buena dejada dentro del área y, con todo
a favor, le pegó horrible a las manos de Raúl.
Avisaban los de Sotrondio. Aún más clara a veinte
del final. Balón largo e indecisión en la zaga
arlequinada. Raúl a media salida, Monasterio recoge,
y la vaselina que se fue arriba. Pánico en el túnel
en El Candín.
Se veía venir y vino. A seis del
final, enésimo ataque estéril del Tuilla,
contraataque para poner en las escuelas del San
Martín, Monasterio en ventaja y Ballesteros, que
llevaba seis minutos en el campo, la mandó a
guardar. A partir de ahí no pasó nada. El Tuilla no
metió ni miedo y el San Martín aguantó como debía.
Al final, botín del San Martín,
que ya rascó un punto la temporada pasada. Por su
parte el Tuilla, con muchísimas bajas, empieza con
rosco. Continuará.
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