El panameño se encuentra
confinado, acompañado por su familia, en Oviedo.
Reconoce que es difícil esta nueva situación
"porque no estamos acostumbrados, pero lo vamos
llevando bien con el trabajo que nos manda el
preparador físico y disfrutando de la familia".
Nota cambios a nivel físico, "estaba la
temporada en la segunda vuelta y teníamos cierta
carga. He bajado en el plano muscular y aunque
entrenemos en casa no es lo mismo, cuando
volvamos vamos a ver algo diferente".
En su país natal la situación
está muy difícil, según le dicen sus padres y
hermanos, "hay mucho desempleo y está complicado
como en todas las partes del mundo".
No le preocuparía llegar al 30 de junio con la
liga en marcha, a pesar de ser un jugador
cedido, "LaLiga está haciendo todo lo posible
para haya un regreso seguro para nosotros y
nuestras familias. Es nuestro trabajo y debemos
de aceptarlo así, porque por eso nos están
pagando".
Teme por su salud, y la de su
familia, "viendo la cantidad de muertos que hay
en España y otros países". Considera que se
puede ver "un poco egoísta empezar y jugar,
sabiendo de todas las situaciones que están
pasando. Va a ser muy difícil que estemos
tranquilos, con miedo de poder contagiarnos y
contagiar a nuestra familia".
Tiene claro que "el fútbol
sin público no es fútbol. Nosotros jugamos pera
nuestro público, nos pagan por ver nuestro
trabajo".