María Antonia Rivero, protagonista en el tumulto que se produjo en la tribuna
del Pumarín-Luarca, niega haber escupido a nadie. Posteriormente la cogieron por
el cuello, sin que el incidente pasase a mayores.
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Imagen de archivo. Un partido esta temporada en el Luis
Oliver.
Continua
la polémica en
torno a la suspensión del Pumarín - Luarca, de Primera Regional. Además
del enfrentamiento entre jugadores sobre el campo, con varias agresiones, se
produjo un incidente en la tribuna entre una aficionada del Pumarín y un
aficionado visitante.
María Antonia Rivero, protagonista del mismo, se puso en
contacto con este diario para dar su versión de lo ocurrido, "hubo un
intercambio verbal con un aficionado del Luarca, que me mandó callar por llamar
gilipollas al árbitro. Pero el incidente fue con otro que estaba sentado al
lado, me llamó boba y le dije que boba y gilipollas era él. Estaba sentado en la
última fila y yo de pie, entonces se levantó y vino a encararse conmigo. Yo no
me moví y me cogió del cuello". El tema se zanjó con la intervención de otras
personas que se encontraban en la grada y de su nieta.
La aficionada del Pumarín, del que dice no ser socia, acude a
todos los partidos y reconoce que "seguramente está mal que insulte al árbitro,
pero es algo habitual". María Antonia Rivero, de 62 años, quiere dejar claro que
"yo estaba en mi sitio de siempre y no escupí a nadie, que sean paisanos y no
digan mentiras. Se lo inventaron para justificar que me cogiera del cuello". La
aficionada declinó poner una denuncia por la agresión a pesar de que "estaba
todo grabado, porque hay cámaras en la grada, pero son cosas del fútbol y no
pasó nada".
Sobre la tangana del partido comentó que "todo ocurrió porque
estaban perdiendo. No es nada nuevo, hubo tanganas en el fútbol toda la vida. No
debería ocurrir, pero ocurre. Se sacan las cosas de contexto porque ahora
tenemos todos la piel muy fina".