La lluvia y el mal estado del césped condicionaron un derbi de baja calidad. El juego físico y las disputas se impusieron al fútbol de toque. Hubo pocas ocasiones para los dos equipos, que estuvieron más preocupados de no cometer errores.

Empate justo en el derbi asturiano, al que los dos equipos llegaban con el objetivo de aliviar su situación clasificatoria. Ambos continuarán una semana más en la zona baja tras el reparto de puntos en un encuentro muy disputado, con poco fútbol y escasas ocasiones.

Javi Rozada repitió con el 4-2-3-1 que ya probó en Huesca, con las novedades de Tejera y Riki Rodríguez. El catalán regresaba tras cumplir ciclo de amonestaciones y acompañó a Lolo en doble pivote, mientras que el canterano fue la sorpresa, entrando como mediapunta. Se quedaron fuera de la convocatoria Javi Fernández, Lucas Ahijado y Diegui Johannesson.

Revolución en el once y cambio de sistema en el Sporting. José Alberto introdujo hasta cinco cambios respecto al equipo que perdió (0-1) ante el Numancia la pasada jornada. Unai Medina, Borja López, Isma Cerro, Manu García y Álvaro Vázquez dejaron su puesto para Babin, Damián Pérez, Nacho Méndez, Pablo Pérez y Djurdjevic. Los rojiblancos formaron con Cristian Salvador como central, con Molinero y Damián Pérez en las bandas.

El Oviedo llevó la iniciativa en una primera mitad con poco fútbol. El césped no acompañaba nada para ello. No tenía charcos gracias a los trabajos de mantenimiento realizados en los últimos días, junto a las lámparas de calor recientemente estrenadas, pero estaba blando e inestable, dificultando las combinaciones y conducciones. Esto generó muchas dudas a los defensas, especialmente a los carbayones, que cometieron varias imprecisiones en este sentido, principalmente Arribas y Carlos Hernández.

El Sporting no pasaba apuros y mantenía el balón lejos de su área, mientras que al Oviedo se le acababan las ideas en la zona de tres cuartos, a pesar de la movilidad de Ortuño. El delantero murciano fue el autor de los dos remates del Oviedo, primero con un disparo a la media vuelta a pase de Sangalli que acabó en córner y, en el minuto 36, con un remate que despejó Mariño. Los rojiblancos lo intentaron a la contra, pero también con poco trabajo para Champagne, que tan sólo intervino en el minuto 31 para despejar a córner un disparo cruzado de Djurdjevic.

El Sporting entró mejor en la segunda parte. A pesar de que a los seis minutos se lesionó Nacho Méndez, que se retiró por sus propios medios con molestias aparentemente musculares en los isquiotibiales. El luanquín tardó casi dos minutos en salir del campo para forzar su quinta amonestación. Lo que generó protestas al colegiado y por lo que pidió disculpas José Alberto López al banquillo local. En su lugar entró Pedro Díaz, hombre por hombre.

Los rojiblancos llegaban con mayor frecuencia al área defendida por Champagne, a base de empuje y balones largos, donde los sportinguistas se mostraron más acertados. El meta oviedista intervino en el minuto 54, para enviar a córner un testarazo de Molinero, en una segunda jugada tras un saque de esquina.

El VAR entró en juego

En el minuto 59 le fue anulado un gol a Carmona por fuera de juego. El colegiado contactó con la sala VOR y, tras un minuto de espera, ratificó su decisión de invalidar el tanto.

El Oviedo mejoró con los cambios

Rozada movió ficha y retiró a Riki, que fue de menos a más, y dio entrada a Omar Ramos. El canario comenzó en la derecha y Borja Sánchez se metió hacia adentro.

Comenzaron a producirse las primeras llegadas de un Oviedo que se volcó con la entrada de Ibra por Juanjo Nieto. Rozada dejó toda la banda para Sangalli y fue decididamente a por el partido con dos puntas, aunque sin ocasiones claras para ninguno de ellos, más allá de un cabezazo de Ortuño que no encontró portería. El Sporting defendió con solvencia y, tras cinco minutos de añadido, el derbi finalizó con el empate inicial, dejando a los dos equipos en una delicada situación clasificatoria. Con el pitido final, silencio y frialdad de los aficionados, acorde con el tiempo.

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