En un partido con un tiempo para cada equipo, el Oviedo supo aprovechar el gol de Bárcenas para conseguir su primer triunfo. El equipo mostró mejoría en líneas generales, especialmente en el eje de la zaga.

Nueve jornadas necesitó el Real Oviedo para ganar su primer partido de liga. Lo hizo en un encuentro con pocos remates de ambos conjuntos, que tuvo dominio oviedista en la primera parte y tinerfeño en la segunda. Los azules aprovecharon el gol de Bárcenas para sumar tres necesitados puntos, en el primer partido que consiguieron dejar la portería a cero esta temporada.

Javi Rozada hizo revolución en el once y cambió de sistema. De la alineación que empató el pasado domingo ante el Zaragoza, solamente repitieron titularidad Champagne, Carlos Hernández, Christian Fernández, Mossa, Sangalli, Tejera y Ortuño. Se cayeron Lucas, Jimmy, Berjón y Joselu, entrando en su lugar Bárcenas, Edu Cortina, Borja Sánchez y Omar Ramos. Muchas sorpresas y novedades, incluso en la disposición táctica, con trivote en la medular con Borja Sánchez como hombre más adelantado.

La primera parte fue para los carbayones, con un Oviedo mandando y dominando en campo contrario. Los azules -hoy de naranja- combinaron sin demasiada profundidad ante un Tenerife que dejaba jugar e iniciaba la presión en su propio campo.

Sangalli se dejó ver mucho en ataque, aunque sufrió en labores defensivas -especialmente en la segunda parte-, pero por donde realmente lo pasaron mal los de Rozada fue por su banda izquierda, con un Mossa que tenia pocas ayudas y que además era desbordado continuamente.

El primer aviso lo dio Bárcenas en el minuto 9, con un tiro cruzado a pase de Omar Ramos. Esa fue la antesala del gol, que llegó en el minuto 25 de forma similar, tras una buena diagonal del canario para el desmarque del panameño que, desde la frontal y con un tiro centrado, perforó la meta chicharrera con la ayuda de Ortolá, que no estuvo acertado en la acción.

El Tenerife solo lo intentaba a balón parado y con tiros lejanos, sin inquietar la meta de Champagne. Hasta que en el minuto 36, un centro de Luis Pérez desde la línea de fondo lo cabecea Borja Lasso, a la altura del punto de penalti, y Sangalli corta el remate con la mano. El colegiado no lo dudó y señaló la pena máxima pero, tras unos minutos de espera, invalidó el penal tras recibir aviso desde la sala del VAR de que había fuera de juego previo de Luis Pérez.

Se llegó al descanso con el 0-1 y un Oviedo que parecía tener controlada la situación, sin pasar demasiados apuros -ya que el Tenerife no chutó entre los tres palos-.

La decoración cambió por completo en la segunda parte. El Tenerife asumió las riendas del partido, en busca del empate, ante un Oviedo más conservador, que hizo ajustes en las bandas para no sufrir tanto con la incorporación de los laterales tinerfeños.

Los papeles se invirtieron y fue el Tenerife quien dominó en campo contrario, aunque sin profundidad, sin inquietar la meta de un Champagne que apenas entró en juego.

Rozada movió ficha en la segunda parte y la entrada de Lolo González fue importante. El centrocampista aportó en el juego aéreo y jugó con criterio todos los balones. Menos relevante fue la entrada de Joselu, primero como extremo diestro y luego como punta, tras la entrada de Saúl Berjón, que apenas intervino.

Los tinerfeños lo intentaron hasta el final, pero el Oviedo defendió con acierto los centros laterales y no pasó demasiados apuros para conservar su renta. La expedición regresará mañana y piensa ya en el partido del domingo (Carlos Tartiere - 16 h.) ante el Numancia.