El colegiado gijonés expulsó a cuatro jugadores del
Roces y consideró que se retiraron del campo tras la
cuarta expulsión.
Esta
tarde comenzó la quinta jornada de Liga Nacional juvenil
y en el campo de Covadonga se jugó el Roces 'B' -
Lealtad, un encuentro entre dos equipos de la zona baja,
que transcurrió con normalidad hasta que Muñoz Suárez no
dio validez a un gol del Roces, con el 1-1 en el
marcador.
"Monchu",
coordinador del Roces, comentó que "mientras que estaban
celebrando el gol, los jugadores del Lealtad sacaron del
área y tiraron una contra que no acabó en gol de
milagro". El desconcierto surge porque "el árbitro dio
gol y el asistente corrió hacia el centro del campo,
pero luego el árbitro se quedó parado y dejó seguir el
juego. En el gol se le escapó el balón al portero y los
jugadores del Lealtad sacaron como interpretando que
hubo falta".
Las protestas
contra Muñoz Suárez, veterano árbitro de Tercera
División, motivaron tres expulsiones y una más por una
entrada que, fuentes consultadas por ambos equipos,
pareció demasiado castigo. Tras la cuarta expulsión "los
jugadores se acercaron al banquillo y Castaño
-entrenador del Roces B- preguntó al árbitro si
seguía jugando o no -con menos de siete jugadores en el campo
no se puede jugar-, pero el árbitro pitó el final
diciendo que los jugadores habían abandonado el campo",
indicó "Monchu".