El portero del Asunción juvenil, Iván Álvarez, tuvo que
ser evacuado en ambulancia al HUCA por un encontronazo
que desencadenó en una extracción del bazo.
El Covadonga "B" -
Asunción (2-2) de Primera Juvenil terminó de forma
accidentada el pasado domingo en el Rabanal. Corría "el
minuto 88, con el empate y el partido roto, cuando un
balón por encima de la defensa lo disputa nuestro
portero con un jugador que entra desde segunda línea y,
al estirar la pierna para intentar controlar la pelota
le dio con los tatos en el costado a Iván", así relata
la acción el entrenador del Juvenil "A" del Asunción,
Emilio González Nosti.
El portero gijonés se
quejó del golpe y tuvo que ser atendido de urgencia, "en
primera instancia pensábamos que era un golpe
en las costillas, estábamos
preocupados pero no imaginábamos que fuera algo de esta
gravedad", asegura Emilio, que confiesa que, tras entrar
al vestuario a la finalización del partido para hablar
con su portero lo primero que me preguntó "fue si la
jugada había acabado en gol. Es muy valiente a pesar de
ser de primer año (2002) y todos los partidos lleva un
par de golpes fuertes. La ambulancia tardó pocos minutos
y rápidamente fue evacuado al HUCA donde fue atendido de
urgencia. Le realizaron un scaner y le dijeron que era
una contusión, pero cuando se fue a
incorporar se siguió quejando que le dolía la barriga, le hicieron una ecografía y rápidamente a
operar, primero iban a quitarle un cacho, pero terminaron quitándole el bazo".
Su entrenador cree que volverá a jugar "porque le
encanta y no tiene miedo a nada" y pone el ejemplo de
Raúl Albiol, que siguió jugando con normalidad. La
extracción del bazo le va a obligar a vacunarse de
algunas enfermedades, pero le va a permitir seguir
haciendo vida con normalidad.