Un aficionado de unos 70 años propinó un paraguazo a
Castillo, jugador del Colunga, cuando se acercaba a
la banda para coger el balón. El incidente no pasó a
mayores y el jugador pudo finalizar el partido.
Foto tomada instantes posteriores al paraguazo
Parecía que los
paraguazos ya estaban desterrados de los campos
de fútbol, una práctica habitual de intimidación
en los campos de fútbol hace varias décadas,
pero ayer quedó demostrado que no fue así.
Mediada la segunda parte del Langreo - Colunga,
y con el 2-0 en el marcador, Castillo se acercó
a la banda para sacar rápido y un aficionado
retuvo el balón con el ánimo de perder tiempo. A
buen seguro el comentario de Castillo no fue
acertado para pedir el balón, pero la reacción
del agresor menos aún, respondiendo con un
paraguazo en el brazo. El incidente no pasó a
mayores por la intervención de la gente cercana.
El presidente
del club local llamó a la policía, que intervino
con rapidez para identificar al infractor que,
sorprendentemente, acabó viendo el final del
partido en Ganzábal, y comentó que, al contrario
de lo publicado en este diario, se acercó al
túnel de vestuario con el ánimo de pedir
disculpas al afectado.
Víctor Fernández-Miranda,
presidente del Langreo, comentó que, por la
información que pudo recabar, Castillo "lanzó un
comentario ofensivo a este hombre que retenía el
balón y éste le dio un paraguazo". El presidente
azulgrana dice conocer bien al agresor, al que
describe "como una persona sensata y respetable
en Sama", que estuvo relacionada hace años con
el fútbol base. "Creo que el jugador se dirigió
a él en malos términos, me imagino que algo
haría, para que reaccionara así", a pesar de
esto, Fernández-Miranda lamenta lo sucedido y
espera "que no se repita un hecho similar".
Por su parte, Juan Castillo,
defensa del Colunga, comenta que se acercó a por
el balón a la banda y "el aficionado metió el
pie por debajo de la valla para sacarlo para
fuera. Yo fui a por el balón y al intentar
cogerlo me golpeó con el paraguas". Castillo
reconoce que "no me mancó mucho, me golpeó en el
brazo y pude seguir jugando". El candasín no
entiende la reacción, aunque reconoce que "algo
le diría para que me diese el balón".
Castillo considera que "es
muy triste que pase esto en un campo de fútbol y
lo peor, que si no hay denuncia de por medio no
le va a pasar nada", el jugador colungués
estudia las medidas legales que pueden tomar.
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