Hace cuarenta años un equipo entrenaba dos días por
semana. En aquellos tiempos apenas existía la figura
del preparador físico. Ahora, hay más equipos y
proliferan los de base.
Eran
los años 70 y en el fútbol asturiano un equipo
representativo de cualquier villa o barrio entrenaba
dos días a la semana, no tenía preparador físico,
tampoco fisioterapeuta y sus medios materiales eran
escasos. Balones para entrenar y competir, algunos
medicinales y nada de gimnasios. Los balones
quedaban sin pintura, con el cuero al descubierto y
evidentemente no retrocedemos otros cuarenta años
más, cuando los esféricos tenían costuras. No
existían campos de hierba sintética, pocos tenían un
segundo terreno para entrenar y las superficies de
juego estaban unas veces resecas y otras embarradas.
De lo anteriormente comentado, se
libraban en gran medida el Sporting y el Real Oviedo
y por ser cabeza de comarca también tenían otra
manera de actuar -más profesional- Real Avilés,
Langreo, Caudal y Ensidesa. El resto tenían una
menor carga de trabajo en pre-temporada y liga y en
sus plantillas prevalecían los jugadores autóctonos.
Los avances de la medicina, los
nuevos métodos de preparación, el auge mediático y
la creación de canteras o fútbol-base fueron
cambiando el decorado. El C.D. Ensidesa, creado al
amparo de la empresa, fue precursor en trabajar con
cantidad de jugadores en todas las categorías y
niveles. No había fútbol-8, ni pista, pero empezaban
los cimientos de la captación y tecnificación.
Escuchamos por primera vez lo de “la carrera alegre
de los polacos” que era algo así como carrera
continua, con muchos cambios de ritmo y actuando
sobre desniveles. Raúl González fue un avanzado en
aquel tiempo, como coordinador, entrenador y
estudioso de la institución granate que contó con el
ex-internacional por España y aún atleta veterano,
Marcelo Campanal, para el trabajo físico.
Luego
llegaron los preparadores físicos, muchos titulados
de INEF. En aquel Oviedo que jugó UEFA, Antic apenas
contaba con Javier Ordás, profesor de Instituto que
ahora ejerce en Marruecos y que ha sido entrenador
específico de atletas y también ex-gerente de la
Fundación Deportiva de Avilés. Rubio y Llaneza
estuvieron en el Sporting con diferentes técnicos.
Quien se encarga ahora de esa parcela con los
rojiblancos, Gerardo Ruiz, también profesor de
Instituto, fue precursor en el uso de materiales
llamados “alternativos” en la enseñanza. Dentro de
ese material están esas vallas antilesión, de
diferentes alturas, para multisaltos, conos para
delimitar, picas para hacer circuitos o porterías
improvisadas, aros, escaleras de velocidad, balones
con más oscilación para entrenamiento de porteros y
un largo catálogo para mejorar la capacidad de
futbolistas adultos y jóvenes. Marcos Pons fue otra
de las referencias en estos inicio y fueron muchos
los entrenadores que utilizaban sus métodos para
planificar el trabajo físico".
Antes apenas había equipos de
base y tampoco nadie pagaba por jugar. Ahora las
“canteras“ han crecido, los chavales o mejor dicho
sus padres afrontan una cuota mensual por la
práctica del fútbol. Llegaron a este deporte las
subvenciones que ahora vuelven a escasear, las
sponsorizaciones, la publicidad estática, los tres
cambios por equipo en cada partido, el juego del
portero con los pies y muchas otras cosas que iremos
desarrollando con la colaboración de profesionales
del fútbol asturiano.
Sirva esta breve introducción
para iniciar un debate. Si observamos estos cambios
año a año, hablaríamos de evolución, pero si vamos a
esos cuarenta u ochenta años atrás, podríamos
referirnos a una auténtica revolución entre el
fútbol de antaño y el de nuestros días.
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