Quinta derrota consecutiva de los de Caco Morán, que han perdido todos los encuentros disputados en 2015. Los gijoneses aumentan su desventaja con la permanencia.

Cuatro victorias consecutivas del Veriña para finalizar el año habían creado, de nuevo, esperanzas de salvación en el cuadro rojinegro. Está claro que el año nuevo no ha consolidado esas ilusiones y los de Caco Morán cuentan sus partidos del 2015 por derrotas.

Derrota como la que han sufrido esta tarde, como locales, ante el santanderino Tropezón. Partido con mucho centrocampismo, poca profundidad y en el que, el frío de la jornada, y los goles, han sido prácticamente lo único noticiable.

Se adelantaron los de Arturo Estrada, dirigía esta tarde a los cántabros por la sanción del técnico titular Fonso, en el min. 53 de partido, Román se cuela por la izquierda hasta la línea de fondo, pase de la muerte y desgraciada aparición del lateral local Bryan, que en un intento de cortar el esférico acaba introduciéndolo en su propia portería.

Siguió el encuentro sin mucha historia hasta el minuto 84 en que un balón colgado desde la derecha es picado de cabeza por Noé, perfecta parábola que hace que el esférico, rozando el travesaño, acabe en el fondo de las mallas.

Cuando parecía que el empate, por cómo estaban compitiendo ambos conjuntos, y por el poco tiempo que restaba, sería el resultado definitivo, llegó una jugada en que Gallo se lleva el esférico, brega en el interior del área con un defensor y el guardameta Luismi, a quienes acaba ganando la partida y anotando el segundo para los suyos y, de esta forma, llevándose tres puntos que tanta falta hacían a los locales.

No queda otra, a los chavales de Caco, que levantarse, aunque con nueve jornadas por disputar, la situación del Veriña no es buena.