El duelo del Requexón planteaba el aliciente de un CD Tuilla en posiciones de acecho al liderato de la tabla, y plagado de efectivos con pasado en el Real Oviedo, enfrentándose a un filial carbayón que llegaba fuerte, con dos victorias seguidas y un parcial de 7-1. Sin duda un choque marcado en el calendario de no pocos jugadores hoy “dinamiteros”.

Sin embargo, el aliciente pasó pronto al olvido ante el fútbol pobre y sin más recursos que la presión y el juego físico, que propuso el Tuilla. El equipo de Pulgar baja su rendimiento lejos del Candín , y hoy apenas inquietó la portería oviedista, ante un filial carbayón que desplegó uno de sus mejores partidos a nivel colectivo, con entrega, garra, rapidez por bandas y visión de juego.

El partido fue intenso desde un principio, muy trabado, con mucha lucha en el centro del campo y también muchas imprecisiones, causadas por la presión agobiante de ambos conjuntos. Pero ya desde el comienzo el Oviedo B fue quien dispuso de las mejores incursiones y acercamientos al área. Chapi tenía que emplearse a fondo para atajar las internadas de Iván y Allyson, mientras Trabanco se afanaba en un férreo marcaje a David González, no pocas veces al borde del reglamento.

El ecuador del primer tiempo ya había visto medidos pases en profundidad de Héctor a David González e incursiones de Allyson comprometiendo en varias ocasiones la meta bien defendida por Moritán. Un inconmensurable Adrián Llano desde el centro, con la visión de juego de ataque de Héctor y la rapidez de los estiletes del Vetusta, demostraron ser una combinación letal para cualquier rival de esta categoría. Por su parte, el Tuilla ofrecía internadas con relativo peligro de un luchador Pablo Díaz, pero que morían en la frontal ante la inoperancia del resto del ataque dinamitero. Jandro es más un jugador de banda que un delantero centro, y hoy quedó bien claro; el “ex” del Real Oviedo hoy en el Tuilla, brilló por su ausencia en todo el partido, bien cubierto por Emilio y Colo.

Así las cosas, llegamos al minuto 38 de juego. David González inicia un ataque, escorado a banda derecha; tras varios rechaces en defensa el balón llega al propio David, quien ya en el área pequeña “fusila” la meta de Moritán. El 1-0 empezaba a hacer justicia en el marcador.

Al poco de iniciarse el segundo tiempo, el Real Oviedo B encarriló el partido de forma definitiva con un bonito gol de Iván Fernández entrando en el área, y levantando la pelota con el interior, en vaselina por encima del portero visitante; a partir de ese momento, y desde la impotencia, algunos jugadores dinamiteros empezaron a perder la paciencia, protestando airadamente cada decisión arbitral. El propio Adolfo Pulgar sería amonestado en el minuto 53. Pero la actuación del colegiado Fernández Delgado en el día de hoy fue lo suficientemente negativa como para encolerizar a ambos banquillos, e Iván Ania sería también amonestado 11 minutos después.

La segunda parte fue un monólogo de juego del Real Oviedo B y un “quiero y no puedo” del Tuilla. Las ocasiones de los jugadores de Iván Ania se sucedían, llegando a darse una jugada con tres ocasiones en medio minuto, sacando en las 3 veces el balón de la misma raya de gol la defensa o el portero del Tuilla. Los de Pulgar, mientras tanto, no proponían nada más que el patadón buscando lo imposible, el juego de contacto y la nulidad en ataque. Pulgar arriesgó quitando a Angel y metiendo en su lugar a Villa, pasando Hugo a labores de central, pero la movimiento en el tablero no le dio resultado, y Villa también se hundió en la mediocridad del conjunto.

Ania por su parte, quitaba a David González dejando a Juan Steven como referencia en punta, habiendo salido éste tras una lesión de Iván. Y precisamente Juan Steven pondría la puntilla al partido. Un balón rechazado por el larguero cayó a pies del delantero azul quien, desde la misma raya de gol, “machacó” la red con rabia, poniendo el 3-0 que sería el resultado final. Faltaban aún seis minutos para el final, pero estaba ya todo el pescado vendido en El Requexón.

En resumen, gran partido de los discípulos de Iván Ania ante un Tuilla que claramente pierde enteros fuera de su fortín, el siempre difícil Candín, pero que sin duda tiene efectivos (y entrenador) para hacer las cosas mucho mejor de lo que hoy propusieron.

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