Los ovetenses siguen invictos en el Hermanos Llana tras derrotar por la mínima al Praviano con un gol de Pelayo Torre. Los de Xiel no definieron en los metros finales.

Cruce de rachas hoy en el Hermanos Llana: Un Astur hasta ahora invicto en su campo, con dos victorias y un empate, recibía al Praviano de Xiel, hasta ahora invicto fuera de su campo. Y tras el tiempo reglamentario, el Astur aumentó su fortaleza en casa, mientras que el Praviano cosechó su primera derrota como visitante. Un solitario gol de Pelayo Torre -que hoy volvía al equipo tras la sanción- bastaría para inclinar el partido del lado de los ovetenses.

Y eso que arrancó el encuentro con el Praviano mejor posicionado, atacando con peligro y sacando su defensa sin problemas las tímidas aproximaciones de los jugadores de Andrés Hernández. David y –especialmente- Barto entraban por las bandas como estiletes, poniendo al Astur en aprietos para salir con el balón controlado hasta el centro del campo. Solo pasado el cuarto de hora, una jugada personal de Cris en contragolpe, cuyo tiro final salió alto, y un barullo en el área del Praviano dos minutos después, inquietaron la meta de Misael. Como respuesta, el Praviano llegaba por bandas, como un rápido avance de Piquero desde la izquierda, centrando el balón a Meana, y disparando este un cañonazo que puso el “uy” en la grada.

Pero poco a poco el Praviano fue relajando su presión, y el Astur comenzó a funcionar en el centro del campo, bajo la dirección de Jonás, y apareciendo cada vez con más peligro Pelayo Torre desde el extremo izquierdo. Un tiro suyo a pase de Cris en un nuevo contragolpe de los ovetenses en el minuto 25, fue despejado a corner con apuros en lo que sería la antesala del único gol del partido.

Corría el minuto 31, y Pelayo Torre dejó buenas muestra de su clase en una jugada personal, entrando por velocidad desde la banda izquierda, internándose en el área praviana sin apenas oposición, y batiendo a Misael de tiro potente al segundo palo. Pelayo entró, como se suele decir, “hasta la cocina”, y su gol al final sería definitivo. El Praviano intentaría reaccionar antes del descanso sin éxito, buscando siempre la peligrosidad de David y Barto por bandas, éste último bien apoyado por Piquero.

La segunda parte mostró a un Praviano que quiso adelantar líneas. Pero las buenas llegadas de los hombres de Xiel morían siempre en el último metro. A los cuatro minutos de la reanudación, un corner favorable al Praviano a la izquierda de Cano termina con el balón franco a pies de Felipe, y su tiro sale alto. Cuatro minutos después, una falta de Jonás a Meana escorada a la derecha del ataque visitante, acaba con el balón pegando en la mismísima cruceta de la meta de Cano, en un soberbio tiro de Aitor.

Pero pasaban los minutos, y si algo llamaba la atención, era la tardanza de Xiel en mover ficha desde el banquillo. Cuando el Praviano hizo su primer cambio, corría el minuto 77, y el Astur ya había realizado sus tres sustituciones. Como dice el refrán, “doctores tiene la iglesia”, pero si algo se palpaba en la grada era que el Praviano estaba atascándose en un juego impreciso y con nula definición, mientras el Astur potenciaba su solidez con las entradas de Alonso, Trelles y Javi (por Borja, Cris y Turu respectivamente).

Con todo, en el minuto 74, el Praviano gozó de una gran ocasión en una falta esquinada a unos 5 metros del pico del área por la derecha de su ataque, falta una vez más botada por Aitor y que fue sacada de la misma raya por la zaga local cuando ya se cantaba el empate. Aitor sería sustituido tres minutos después, entrando Morán en su lugar.

La entrada de Paramio por David a 8 minutos del final conllevó que Barto buscase su suerte por banda derecha, dejando al recién ingresado Paramio la izquierda del ataque. Y aun tuvieron los de Xiel dos llegadas, una en una dejada de Felipe a Meana cuyo tiro salió desviado, y un tiro final de Morán desde la esquina del área que salió desviado.

Al final, los puntos se quedaron una vez más en el Hermanos Llana, y ya van 10 de 12 posibles. Por su parte, el Praviano tendrá que buscar hacerse fuerte en su propio campo, y sobre todo tendrá que convertir en gol sus llegadas, que se desvanecen siempre en el último suspiro.

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