Los incidentes
extradeportivos fueron el
único lunar de una tarde de
fútbol para la historia, con
un lleno en Ganzábal.
Asturias volverá a contar
con seis equipos en Segunda
B.
Era la
tarde esperada por los
aficionados langreanos
durante los últimos once
años. Nunca estuvo tan cerca
el ascenso a Segunda B como
hoy. Langreo y toda Asturias
se volcaron con el Unión, y
Ganzábal registró la
mejor entrada desde su
remodelación, con más de
4.000 espectadores, que
llenaron las dos gradas.
Los
nueve autocares de
seguidores emeritenses
desembarcaron a mediodía en
Oviedo para evitar
confrontaciones, pero apenas
una hora antes del
comienzo del partido, se
desataba una guerra campal
en los aledaños de la
puerta principal de acceso a
Ganzábal, donde aficionados
locales -y alguno visitante-
se encontraban en las
sidrerías anexas al estadio.
Un grupo de unos 20
radicales emeritenses
apareció por sorpresa
cargados de bates, bengalas,
cinturones... enfrentándose
a los aficionados locales
que, en buena parte, se
resguardaron en el interior
de los locales. Las imágenes
de los vídeos hablan por sí
solas. Un espectáculo
dantesco para la previa de
un partido de fútbol. Lo que
debería ser una fiesta se
convirtió en tragedia y, al
menos dos personas fueron
evacuadas en ambulancia.
Alrededor, niños llorando
junto a sus padres,
atemorizados, diciendo que
no querían entrar en el
estadio, después de
presenciar los incidentes en
primera persona.
La
presencia policial fue muy
inferior a la que un partido
de estas dimensiones
requería. Apenas 10 unidades
del CNP trataron de mantener
la seguridad de más de 4.000
espectadores, 500 de ellos
procedentes de Mérida. A
estos diez antidisturbios
les apoyaban -uno
arriba/abajo- cinco Policías
Locales y cinco vigilantes
de Prosegur.
Los
aficionados visitantes
fueron situados en la parte
izquierda de la tribuna,
justo enfrente del sector
más radical de la afición
local, con los vehículos
policiales de por medio,
detrás de la portería, en el
fondo del Polideportivo,
puerta por la que
accedieron.
Comenzó
el partido y se apaciguaron
los ánimos. Los dos equipos
se trataban de tú a tú, pero
con muchas reservas, siempre
pendientes de no encajar. El
Mérida dispuso de la mejor
ocasión para marcar en el
último minuto de la primera
parte, con una doble ocasión
que desbarató Guillermo y la
madera. La segunda mitad
siguió por los mismos
derroteros, con un Mérida
algo más ambicioso, pero que
no ponía en apuros al meta
langreano. Los azulgranas se
adelantaron en el tramo
final, gracias a un penalti
claro por mano de un
defensa, tras una buena
jugada de Pablo Acebal,
que fue el héroe del
partido, anotando el gol
desde los once metros.
Tras el gol, cerca de un
centenar de aficionados
locales saltaron al terreno
de juego, tardando un par de
minutos en reanudarse el
partido, al comenzar el
lanzamiento de objetos desde
el sector radical visitante.
Los jugadores del Mérida
pidieron calma y se jugó el
tramo final, sin mayores
problemas, con ocho minutos
de tiempo añadido.
Ganzábal
vibraba y, sin muchos
nervios, se esperaba el
pitido final para celebrar
un merecido ascenso. Cientos
de espectadores saltaron a
celebrar la victoria con el
equipo y los radicales
visitantes comenzaron el
lanzamiento de objetos,
bengalas y asientos, lo que
propició nuevas cargas de
los CNP. Varios autocares de
la afición visitante fueron
apedreados.
Mención
especial para el joven
colegiado cántabro, León
Lavín, que pese a la fuerte
presión y falta de
seguridad, dirigió de forma
correcta el choque, aunque
el asistente de la grada
frente a los banquillos
acabase con la camiseta como
se muestra en la foto. Mala
imagen para los más jóvenes.
El
Langreo será el sexto equipo
asturiano de Segunda B,
junto a Real Avilés, Real
Oviedo, Marino de Luanco, R.
Sporting "B" y C.D. Lealtad,
a expensas de una posible
compra de plaza del Caudal
Deportivo. Este ascenso
permite regresar a Tercera
al C.D. Mosconia, ascender a
Preferente por primera vez
al C.D. Raíces y regresar a
1ª Regional a la S.D.
Atlética Camocha.
ÁLBUM DE FOTOS
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