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Maximino Martínez:
"Miguel Cardenal secretario de estado para el deporte profesional"

Jueves 6 de Marzo de 2014

El presidente de la RFFPA, Maximino Martínez, escribe una columna de opinión dedicada al Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal.

Bajo el título “Orgullosos del Barça”, el pasado 3 de marzo el Presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, publicaba un artículo de opinión en el diario El País. 

El escrito del Sr. Cardenal hilaba una serie de argumentos en defensa del F.C. Barcelona y de sus dirigentes, cuya actuación en el denominado “caso Neymar” está bajo investigación por orden de uno de nuestros jueces.  

No seré yo quien ponga en duda el activo que representa el F.C. Barcelona para la “Marca España”, su apuesta decidida por la cantera, el respeto por la igualdad que acredita, o su contribución a las arcas públicas mediante el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Argumentos, todos ellos, defendidos con vehemencia por nuestro Secretario de Estado. 

Lamento, sin embargo, que Miguel Cardenal se signifique de nuevo -y esto ya se está convirtiendo en habitual- en utilizar el eco mediático de su cargo para defender únicamente los intereses del deporte profesional, al que, efectivamente, debemos muchas de las mayores alegrías de las que hemos disfrutado los últimos años.

Me rebela, sin embargo, y como él manifiesta repetidamente, la desmesura de la Secretaría de Estado para el Deporte, que lleva años ignorando al deporte aficionado y, muy particularmente, al fútbol base. De ahí que haya encabezado este artículo, añadiendo el calificativo de “profesional” al cargo de Secretario de Estado para el Deporte que ocupa Miguel Cardenal. 

El último y, por desgracia, desafortunado ejemplo de este ninguneo al deporte base, es el reciente proyecto de modificación de la Ley del Deporte para la inclusión de la “Licencia Deportiva Única”, sin que se haya tenido en cuenta la opinión contraria de la práctica totalidad de las Federaciones Territoriales de España, y que tendrá consecuencias muy negativas para el futuro del deporte autonómico y español, caso de aprobarse.  

Me pronuncio con esta rotundidad porque he sufrido el olvido y la desatención de Miguel Cardenal en mis propias carnes. Porque mientras que el fútbol base agoniza, aunque no nos guste tener que escucharlo, los poderes públicos con el máximo responsable político del deporte en España a la cabeza, no hacen nada por evitarlo.   

Y no olvidemos que de ese fútbol base han salido los Iniesta, Xavi, Puyol, Valdés y Cesc, reconocidos en su artículo por Miguel Cardenal, pero también muchos otros, formando parte de una generación única de futbolistas, que nos han hecho Campeones de Europa y Campeones del Mundo.   

Ese fútbol base es el mismo que cada vez se encuentra más carente de ayudas y subvenciones públicas, que se ve azotado por la crisis económica que afecta a sus patrocinadores, y está sitiado por la anárquica e irracional oferta televisiva de partidos auspiciada por la Liga de Fútbol Profesional con la complicidad de Miguel Cardenal.

Estimado lector, las cifras son casi siempre testarudas y elocuentes: 

  • En España solamente hay unas 1.700 licencias de futbolistas profesionales frente a 781.000 de futbolistas aficionados.
  • Un estudio elaborado en el año 2012 por la Real Federación de Fútbol del Principado de Asturias concluye que el impacto económico que genera el llamado fútbol base es enorme: más de 1.000 millones de euros anualmente.
  • Pónganse a pensar lo que puede llegar a mover esta maquinaria que produce anualmente 678.000 partidos de fútbol y 6.200.000 sesiones de entrenamiento, gracias al trabajo altruista y desinteresado de los más de 220.000 directivos del fútbol base: material y equipamiento deportivo, desplazamientos, manutención y alojamientos, cobertura médica y farmacológica, obras y mantenimiento de instalaciones,...

Todas estas magnitudes, más otros factores cualitativos no menos importantes (función educativa, contribución a la salud pública, oferta lúdica juvenil, etc.) se detallan en el estudio al que hacía mención anteriormente, y que bajo el título “Influencia Deportiva, Económica y Social del Fútbol Base”, elaboró esta Federación que me honro en presidir. 

En mayo de 2012 tuve la oportunidad de presentarle el estudio a Miguel Cardenal y de entregarle una copia para su revisión. Acudí, confiado, a la sede del Consejo Superior de Deporte buscando ayuda y comprensión para la delicada situación del fútbol aficionado en España. Lamentablemente, a día de hoy, aún sigo esperando alguna reacción de Miguel Cardenal al escenario preocupante y delicado que el informe describe. 

Por todo ello, observo con sorpresa y desazón la inusitada rapidez con la que el Secretario de Estado para el Deporte sale de nuevo a la palestra en defensa del deporte profesional. 

El ruido mediático de su artículo de opinión ha sido evidente y las reacciones no se han hecho esperar desde diversos frentes. Por contra, y sin tanto eco, el fútbol base sigue degradándose día a día. Los efectos de su degeneración tardarán más años en observarse, pero saldrán a la luz y con mucha fuerza. 

¿Saben cómo?  ¿Saben cuándo? 

En el mismo momento, no inmediato pero tampoco muy lejano, en el que ya no lleguen desde abajo al fútbol profesional deportistas únicos como Iniesta, Xavi, Puyol, Valdés o Cesc, que puedan contribuir a seguir manteniendo el indiscutible liderazgo mundial que hoy ostenta el fútbol español. No nos engañemos, si no hay fútbol base, en pocos años no existirá el fútbol profesional tal y como lo conocemos.  

Cuando esto ocurra Miguel Cardenal ya no podrá citar tan solo a futbolistas “superclase” en otro artículo de opinión y entonces tendremos dos problemas:  

Uno menor: no “disfrutar” de nuevo de la embriagadora prosa de Miguel Cardenal en un artículo de opinión y otro, muy complejo y quizás irresoluble: el enorme paso atrás que habrá dado nuestro fútbol.

 

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