Cartagonova FC – FC Cartagena 

El FC Cartagena se fundó en el año 1995 bajo la denominación de Cartagonova FC. Florentino Manzano, actual presidente del Cádiz CF, y Carlos Conesa, tristemente fallecido, compraron una plaza en Preferente esa misma temporada, acabando en segunda posición, por lo que dieron el salto a Tercera División. Tras dos campañas en esta categoría, se consigue dar el salto a Segunda División B. 

En la primera campaña en la categoría de bronce el equipo a punto está de lograr el ascenso a la Liga Adelante. Tras ese play off, el Cartagonova iría a menos, tanto que Florentino Manzano dejaba el club en manos de Luis Oliver.  

“Fue peor el remedio que la enfermedad”

Luis Oliver armó un gran equipo, pero su desastrosa gestión económica dejó el club a punto de su desaparición. La afición, en un movimiento desconocido anteriormente en Cartagena, orquestó la “Plataforma Salvemos Al Cartago”. Encabezada por Juan Antonio Aznar, logró reunir más de 9000 firmas, las mismas que utilizó el ex presidente, Florentino Manzano, y el concejal de deportes del Ayuntamiento de Cartagena, para lograr la “abdicación” de Oliver.  

Con la denuncia por impago de toda la plantilla en la AFE, Florentino y Pepe Murcia lograron convencer a un empresario de Jacarilla, Francisco Gómez, para que tomase las riendas de la entidad, y así lo hizo. La 2003/04 fu su primera temporada, donde el equipo sufrió para mantener la categoría. En octubre de 2004, la Federación acepta el cambio de nombre, de Cartagonova FC a FC Cartagena.  

Después de varias campañas acumulando decepciones, incluida una nueva fase de ascenso, en la 2008/09 el equipo da el salto a la Liga Delante de la mano de Paco Jémez, actual entrenador del Rayo Vallecano. El presidente arma un equipo nuevo y le da las riendas a Juan Ignacio Martínez.  

La primera temporada en la Liga Adelante casi se salda con el ascenso a primera división. La segunda el equipo mantiene la categoría sin problemas, pero en la tercera, Francisco Gómez decide romper con todo firmando a un director deportivo sin experiencia y a un entrenador desconocido en la categoría de plata del fútbol español.  

Se hace una nueva plantilla tirando de talonario. Los jugadores, cuerpo técnico y el propio club “venden la moto” de que será la temporada del ascenso a primera división, nada más lejos de la realidad. El equipo arranca con seis derrotas consecutivas y después de dos cambios en el banquillo, se vuelve a la segunda división B, donde se arma un nuevo equipo con un objetivo claro: ser campeones y lograr el ascenso por la vía rápida.

FC Cartagena: el ascenso como único objetivo 

El equipo blanquinegro volvía a segunda división B después de tres temporadas en la Liga Adelante. El descenso provocó la típica espantada de jugadores y solo tres de ellos decidieron continuar, Mariano Sánchez, capitán del Efesé, Riau, con un elevado contrato y Raimondi, un ariete uruguayo firmado en el mercado de invierno.  

Al banquillo llegaba, como no podía ser menos, un técnico del agrado del presidente. José Francisco Grao “Pato” cogía las riendas de un equipo cuyo único objetivo era el retorno a la Liga Adelante. El equipo encadenó seis victorias consecutivas en liga y quedó apeado a las primeras de cambio en la copa del Rey. La temporada marchaba con buen pié y todo hacía indicar que sería un paseo militar para el Efesé, nada más lejos de la realidad.  

“Pato” comenzó con las rotaciones, el equipo fue de más a menos y la derrota ante el Villanovense (0-1) en el Cartagonova dejó al equipo en quinta posición, lo que le costó su cese. El recambio sí que fue consensuado con el director deportivo. José Rojo “Pacheta” se convertía en el segundo entrenador blanquinegro. Con el burgalés al equipo le costó asumir su forma de jugar, pero aunque no era un fútbol vistoso, los resultados sí llegaron.  

Después de alcanzar el liderato, el equipo no fue capaz de mantenerlo, desaprovechando cuatro jornadas donde se dieron otros tantos empates dejando vía libre al Real Jaén. A la última jornada llegaron los dos equipo con opciones de campeonar, pero los andaluces no fallaron y para el presidente no terminar en primera posición fue la excusa perfecta para cesar al bueno de “Pacheta”. Unas horas después, José Miguel Campos se enfundaba el traje de faena para tratar de superar las tres rondas de ascenso.  

Con los dos primeros entrenadores apenas hubo variación de jugadores. Con “Pato” era un fútbol más elaborado, saque en corto y control de pelota. Con “Pacheta” todo cambió, fútbol más directo, pelotazo, búsqueda de segunda jugada y el balón el mayor tiempo posible en campo contrario. Campos debutará en Mieres.  

El once más habitual es Víctor bajo palos, Ceballos, Hugo Álvarez, Mariano Sánchez y Navarro en defensa, Óscar Rico, Marcos Rodríguez, Diego Segura y Tonino en mediocampo, Jorge Perona de enganche y Florian en punta. Esta alineación es la más probable también con Campos.  

El FC Cartagena ha sufrido las lesiones de los dos centrales, a priori, titulares, Manuel Rueda y Fernando Martín, dos jugadores con dilatada experiencia y que no volverán a jugar esta temporada. En el mercado de invierno no se firmó otro central y esa decisión ha pesado en el tramo final de temporada. También está lesionado el tercer portero Carlos Molina.  

Otro jugador al que le ha costado entrar ha sido a Marcos Rodríguez, un medio de dilatada trayectoria que empezó a carburar bajo las órdenes de “Pacheta”. El gol es sinónimo de Florian, el atacante francés ha sumado 19 tantos, seguido de Jorge Perona, otro delantero del que se esperaba mayor aportación goleadora y Tonino, un extremo que se ha destapado con 7 tantos.  

En el mercado de invierno se apostó por Ramón Arcas, un medio de nivel y alternativa segura, y Alvaro García, un extremo polivalente llegado de Grecia. También se firmó a Savu, un guardameta rumano suplente de Víctor, titular indiscutible.    

Ahora toca esperar el planteamiento del nuevo entrenador. José Miguel Campos -en la foto- se plantará en Mieres con apenas tres días de trabajo con la plantilla en busca de un buen resultado para no sufrir en el encuentro de vuelta.