El cancerbero catalán evitó con sus buenas actuaciones una victoria clara de un Compostela que fue superior y dispuso de las mejores ocasiones, ante un Oviedo plano.

El Real Oviedo celebraba el primer aniversario de la ampliación de capital que salvó el club, recibiendo al Compostela en el Tartiere, un recién ascendido que está siendo una de las revelaciones de la temporada, destacando por su buen juego, como ya había indicado Granero en la rueda de prensa previa al partido.

Tan solo una novedad en el once, la obligada por la lesión de Susaeta. Annunziata entró en su lugar, ocupando la banda izquierda, con Sergio García en la derecha.

El Compos salió deshinibido al Carlos Tartiere y dominó a un Oviedo que no se encontraba cómodo sobre el campo y que se veía desbordado por la velocidad y los buenos desmarques de los gallegos, que merodeaban con peligro constante el área del conjunto santiagués.

Un disparo lejano de Manu Rodríguez, que blocó sin mayores problemas Pol, trajo los primeros silbidos al Carlos Tartiere. El público daba un toque de atención a su equipo, que se veía claramente superado por el Compostela. El gol parecía cuestión de minutos, y en el minuto 23, un gran pase interior de Peláez lo recibe en el área Joselu, que bate a Pol por bajo.

El Oviedo consiguió empatar aprovechando una falta en el centro del campo escorada a la izquierda, que botó Sergio Díaz y recibió Sergio García en el borde del área, ante la estática defensa gallega, que pedía un fuera de juego inexistente. El remate del extremo derecho azul, golpeó en el interior del palo y se coló en la portería de Lorenzo.

Con el paso de los minutos, el partido se equiparaba, y el Oviedo gozó de su mejor ocasión en el minuto 42, cuando, por sorprender no sacando de banda a Cervero, Sergio García se coló hasta la línea de fondo y su centro, de no ser desviado por Lorenzo, hubiera sido el 2-1, con dos jugadores azules en boca de gol para empujarlo a la red.

Se llegaba al descanso con los silbidos de un gélido Carlos Tartiere. Orlando Quintana salió a calentar por precaución, ya que Pol tuvo que ser atendido por Barreto con un golpe en el muslo.

La segunda parte se igualaría, aunque las mejores ocasiones seguían siendo para el Compostela, evitando Pol la sentencia de los gallegos, primero con un disparo de Jacobo a centro de Fondevila que el guardameta catalán envió a córner y posteriormente un mano a mano de Fondevila con Pol, en el que aguantó estoicamente el cancerbero, en una auténtica jugada de tiralíneas. Peláez jugó a placer y se hinchó a servir de buenos pases interiores a sus compañeros, mientras que los azules se mostraron muy imprecisos en los pases, perdiendo muy rápido la posesión de balón.

El Oviedo no trenzaba juego para intimidar la meta santiaguesa. En el 69' lo intentó Alain Arroyo con un disparo lejano que se marchó fuera, pero nuevamente era el Compos quien gozaba de la oportunidad para sentenciar, Peláez asistió a Joselu, que se plantó solo ante Pol, sacando una mano salvadora que enviaba el balón a córner.

Con la entrada de Iván Rubio en el doble pivote, el Oviedo mejoró al pasar Señé a la mediapunta, gozando de más posesión de balón, aunque sin ocasiones de gol para ninguno de los dos equipos más allá de un cabezazo blando de Señé y un remate al que no llegó por poco Alain. De ahí hasta el pitido final, pocas llegadas y muchas interrupciones, sobre manera tras unos minutos de tiempo parado por la expulsión del segundo entrenador y preparador físico del Compostela, que repetían la escena de Toño Velázquez y Carmelo del Pozo en Logroño.

El público despidió al equipo con música de viento, al grito de "fuera, fuera", y es que a pesar de que el equipo es colíder, junto al C.D. Guijuelo, las sensaciones no son nada buenas, y los resultados en el Tartiere empiezan a ser preocupantes. Hoy, el Compostela pudo golear al Oviedo, de no ser por las buenas intervenciones de Pol, los azules no inquietaron la meta de Lorenzo, más allá del gol del empate.

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