Nueva derrota de un Sporting que se empeña en
meterse en el meollo. En un choque importante para alejarse de la quema, se vio
un equipo totalmente superado, sin ideas con balón y blando y transparente sin
él. El Mirandés dio por ganado el partido con el 1-4 y casi tiene que lamentarse
con el ataque de orgullo local, liderado por Aitor García.
Miguel Ángel Ramírez afrontó el choque con la
línea de medios y delanteros mermadas. De las 7 ausencias, 2 eran pivotes y 3
atacantes. Guille Rosas, Queipo y Milovanovic fueron las novedades. El técnico
canario repitió con el 4-1-4-1, mientras que en el bando visitante el dibujo era
de 5-4-1 juntando mucho a 9 futbolistas y dejando descolgado a Raúl García.
El inicio del choque fue lo mejor del Sporting.
Haciéndose dueño del balón y monopolizando la posesión en campo contrario.
Incluso llegó a cabecear a la red Milovanovic un centro desde la izquierda, pero
estaba en fuera de juego. El arranque no hacía presagiar lo que iba a suceder
minutos más tarde.




Un error a la hora de defender
un saque de banda, permitió a Juanlu apurar línea de fondo y
poner un balón al punto penalti, con toda la defensa aculada en
área pequeña, que remató Salinas a la red. Sin reaccionar, llegó
el 0-2. Un error de salida de balón de Insua, permitió al
Mirandés robar y dejar a Jofre frente a Cuéllar, al que batió
con disparo raso. Pudo ser peor, ya que el emeritense evitó el
tercero, especialmente en un chut de Raúl García.
Pareció reaccionar el Sporting antes del
descanso, fruto de una individualidad. Pedro Díaz se encontró un balón en tres
cuartos, y se sacó un disparo magistral para recortar distanciar y dar vida de
cara a la segunda mitad.



Una segunda mitad que no pudo
comenzar peor. Ahora el que perdió el balón en la frontal fue
Rivera, robando Pinchi y disparando para hacer el 1-3. Cuéllar
conseguiría evitar momentáneamente el 1-4 con una buena mano,
pero nada pudo hacer minutos más tarde, cuando Juanlu chutó raso
al palo corto, sin que el portero viese salir el esférico.
Con todo el pescado vendido, o eso parecía, el
Mirandés levantó el pie del acelerador y los cambios locales permitieron que se
jugase más en el campo visitante. Varane dio más equilibrio, Jony lo intentó sin
cesar desde la izquierda con numerosos centros sin remate y Aitor García puso
todo el pundonor sobre el césped. El de Gibraleón marcaría el 2-4 al aprovechar
un balón suelto en el área, y metería incertidumbre al choque con el 3-4, al
quebrar bien al portero en el uno para uno. Sin embargo, los puntos volarían a
Miranda de Ebro.
El Sporting, que ahora afronta dos salidas
consecutivas, estará pendiente de lo que suceda esta noche en Granada, para
saber si la ventaja de 7 puntos sobre el descenso mengua. El próximo domingo a
las 14h jugará en Burgos.