Los rojiblancos acusaron la fatiga y acabaron regalando la victoria en un error de Mariño a la salida de un córner. Cristo adelantó a un equipo que fue superior al rival hasta que duró la gasolina. El árbitro se comió un claro penalti sobre Jordan Carrillo.

El Sporting sumó un punto en una visita maldita. Sigue sin poder ganar en La Rosaleda tras catorce encuentros. Y eso que hoy lo tenía todo de cara para hacerlo. El equipo se desgastó, fue solidario, llegó roto al final de esta semana, pero tenía el partido ganado. El Málaga lo intentaba con más corazón que cabeza, sin generar ocasiones a una defensa liderada magistralmente por Cali e Insua. Hasta que llegó el error.

Seis bajas y solamente quince futbolistas de la primera plantilla tenía disponibles Abelardo, obligando la situación a que muchos jugaran su tercer partido en una semana. Mención especial a Zarfino y Rivera, que en una posición tan exigente, disputaron los 270 minutos. El Pitu refrescó lo que pudo a su equipo. Cuatro permutas en total: Pol Valentín por Guille Rosas, Cali Izquierdoz por Bamba, Cristo por Djurdjevic y Jordan Carrillo por Queipo. El mexicano aprovechó sus minutos en estos dos últimos partidos, demostrando que puede ser un futbolista aprovechable. Hoy fue de los destacados.

El conjunto gijonés salió bien al partido, mejor posicionado que el rival y robando arriba. Los acercamientos más peligrosos eran de los visitantes, sin concretar en los últimos metros. El Málaga inoperante, puso en evidencia su posición en la tabla. Superada la media hora llegó el 0-1. Jugada maravillosa de Pol Valentín en banda derecha, dejando a dos oponentes atrás, llegando a línea de fondo y poniendo un balón atrás, que Cristo remachó a la red. Cuarto gol del tinerfeño, que lidera la lista de anotadores.

El partido pudo cambiar en el último minuto de la primera mitad. Gran acción de Jordan, que se coló en el área y cuando se preparaba para el disparo, Escassi entró en acción. El colegiado explicó que había tocado balón, pero las repeticiones demuestran que el defensor golpea al atacante y que el esférico en ningún momento varió ni la dirección ni la velocidad. El VAR se dio mutis también.

Que la fatiga iba a ser un componente difícil de regatear era un hecho, debido a la tralla acumulada. De ahí la importancia de poner más distancia en el marcador. Situación que cerca estuvo de lograr el Sporting, tras una peinada de Zarfino y remate posterior de Campuzano, que se encontró Yáñez.

Pepe Mel empezó a tocar piezas y su equipo se fue arriba. Con más corazón que cabeza y sin capacidad para generar ocasiones claras, más allá del agobio lógico por lo ajustado del marcador. Lo más destacable, un cabezazo de Chavarría que Mariño despejó. Los minutos iban pasando, acariciando los tres puntos, hasta que llegó un nuevo error, en este caso del portero. El vigués calculó mal a la salida de un córner y le regaló el balón a Juande, que sin arquero, igualó el partido.

El Sporting vio como todo el trabajo se venía, al menos parcialmente, abajo. Pudo volver a adelantarse por medio de Djuka, con un buen desmarque a la banda izquierda, cuyo remate con derecha lo despejó Yáñez, firmando un empate con sabor agridulce. Positivo por como de mermado terminó el equipo el choque, y negativo por tener la victoria en la mano y que se escape por un error individual, uno más. La Liga para dos semanas, pero no la Copa, que se estrenará el próximo sábado a las 18h visitando al Beasaín.