El Sporting vuelve a perder en el último minuto y hace que salten las alarmas. Se quedan a 6 del descenso, con golaveraje perdido, que marca su rival de esta noche. Con un juego anodino, plano, sin amor propio y con los errores defensivos habituales, el equipo se mete en problemas.

El Sporting se complica mucho su futuro con el enésimo gol encajado en el último minuto. No perder era dejar el descenso a 9 puntos, pero la derrota hace que el descenso se acerque a 6 puntos, con golaveraje perdido, frente a la Real Sociedad B. Si preocupante es la situación clasificatoria, qué decir de la situación futbolística: un equipo plano, a base de pelotazos desde atrás (no disparó a puerta en todo el primer tiempo), sin ambición (el último sustituido se fue caminando con 1-1 y con la sensación de que se podía ganar el partido), sin contundencia defensiva (encaja siempre, 7 goles recibidos en los tres últimos partidos), y con errores infantiles. No funcionó ni el cambio de entrenador, al menos en el punto de vista anímico. Normalmente cuando se produce un relevo, la plantilla se enchufa para demostrar sus condiciones…tras dos partidos el equipo está peor.

José Luis Martí mantuvo el 4-3-3, haciendo tres cambios, dos obligados: Babin por Berrocal, Nacho Méndez por Fran Villalba y Puma Rodríguez por Jony. Sorprendió que Jony no participara ningún minuto hoy, hasta que el club informó una vez acabado el choque, de que ayer sufrió una fuerte contusión en el quinto dedo del pie izquierdo, pendiente de estudio radiológico. Como haya fractura…

La primera parte fue esperpéntica, sin llegar ni siquiera a disparar a puerta. Melonazo va, melonazo viene, con dos interiores de corte constructivo lejos de la concepción del juego, más allá de que el rendimiento de ambos haya sido hoy paupérrimo. Lo más peligroso de los visitantes llegó con un gol bien anulado por fuera de juego de Djuka y un toque de cabeza de Nacho Méndez por encima del larguero. El Puma y el Kravets eran las excepciones de un equipo ramplón, que veía con la Real B tocaba y tocaba, llegando bien por fuera con Gómez y Sola.

En el epílogo del primer tiempo llegó el 1-0. Otra vez en el primer disparo a puerta (había anulado un gol en propia de Bogdan por falta previa de Alkain). Karrikaburu recibió de espaldas en banda izquierda, se giró con una defensa de mentira del rival, que le permitió girar y disparar cuando internó en el área para batir a un Mariño, que se tiró tarde y no acertó a parar el disparo.

A peor no podía ir el Sporting, ni por juego ni por marcador. Tras un inicio de segunda parte por el mismo camino, Martí cambió el dibujo y su equipo mejoró. Se pasó a un 4-4-2, con Nacho Méndez en banda izquierda y con el Puma, el mejor de los suyos, jugando en punta con Djuka. Suyo fue el pase del gol del empate, que marcó el delantero internacional por Montenegro remachando en el segundo palo.

Con el 1-1, el partido se abrió, el Sporting estaba mejor, más suelto, con más posibilidad de correr y contragolpear, ante una Real más cansada. Las transiciones no acertaron y las ocasiones no pasaron de eso. Eric Ramírez con un disparo desde la frontal suave y un pase al Puma, que salvó González de Zárate bajo palos, casi dieron la vuelta al marcador. Como Kravets, con una volea espectacular que se marchó rozando el palo.

El Sporting daba sensación de dar por bueno el empate, de hecho en el último cambio, Cristian Rivera, se marchó caminando del terreno de juego. Y visto lo visto, bueno era. Un córner, otra vez un balón parado, peinado al primer palo y estrellado en el brazo izquierdo de Ramírez. El delantero venezolano no hace intención de tocar el esférico, pero lo tiene separado, y con el fútbol actual, sabes a lo que te expones. Penalti que transformó con suavidad por el centro Karrikaburu, para que las alarmas se enciendan en Mareo.

Situación peliaguda de un Sporting, que encadena tres derrotas consecutivas y que ha quemado, hasta la fecha, la bala del cambio de entrenador, con un 0/6. La próxima jornada recibirá en El Molinón el domingo a las 16:00 h. frente al Tenerife.