Se presentaba el Sporting en Anduva para un partido en el que todo apuntaba que eran más que tres puntos lo que había en juego. El equipo buscaba una reacción tras dos derrotas frente a Valladolid y Eibar en las que su imagen fue mala. Pero también se presentaba en lo que era una moción de confianza para David Gallego. Si el Sporting no llega a salir victorioso de Anduva, el puesto del técnico catalán peligraba. No es la primera vez esta temporada que eso ocurre y que el equipo saca el partido adelante y, en esta ocasión, con suficiencia ante un rival que mostró una floja imagen.

David Gallego apostó por el mismo once que cayó siete días antes frente al Eibar. Pedro Díaz, que se perdió algunas sesiones de entrenamiento durante la semana, partió de inicio e hizo un notable partido formando una pareja con un Christian Rivera que está inconmensurable, dando un nivel superlativo y hoy, además, estrenando su cuenta goleadora. Pero, aunque el técnico repitió once, no repitió planteamiento, al defender más junto y más atrás que frente a los armeros una semana atrás.

El Sporting se mostró muy cómodo desde el inicio. El dominio del balón era alterno (al descanso se llegó con un 50-50 en la posesión), pero tanto con balón como sin él, se veía a los gijoneses cómodos. Las primeras ocasiones fueron dos remates de Djuka que se fueron altos, especialmente claro el segundo tras un sensacional centro de Jordi Calavera que remató alto de cabeza.

El partido perdió esa efervescencia de los primeros minutos y las ocasiones escasearon. No fue hasta superada la media hora que un disparo de Pedro Díaz lo desvía Niko Datkovic con la mano y, tras casi 5 minutos de revisión de VAR, Prieto Iglesias señaló el penalti que Djuka transformó en su octavo gol en liga con un potente lanzamiento escorado. Con el gol encajado, llegaron los mejores minutos del Mirandés en el partido. De ahí hasta el descanso hicieron sufrir al Sporting y Sergio Carreira tuvo el empate en un mano a mano con Mariño que el vigués abortó.

Logró aguantar esa ventaja el conjunto gijonés al descanso y en la segunda parte supo ser muy práctico. Cedió el balón a su rival, que había adelantado de forma notable sus líneas, buscando una presión más alta que no puso nervioso en ningún caso a un Sporting que no sufría. A los dos minutos Jony roba un balón y es cortado en falta por Jorge Sáenz con una fea entrada a la rodilla. El cangués tuvo que ser sustituido poco después y a pesar de la dura falta, ni Prieto Iglesias ni el VAR consideraron que fuese merecedora de roja.

A pesar de ello, el Sporting no se salió del partido y siguió con su plan de estar firme con las líneas juntas y salir con los espacios que ofrecía el Mirandés. Pedro Díaz tuvo el 0-2 con un disparo raso pegado al poste, pero ese lo lograría Aitor García en una acción muy parecida que no falló el onubense ante Raúl Lizoaín. Un segundo gol que allanaba el triunfo y un tercero, cinco minutos después de que Christian Rivera rematase pegado al poste en una falta lateral, que cerraba totalmente el triunfo sportinguista en Anduva.

Porque de ahí al final, aunque el Mirandés buscó un gol que pudiese permitirles un reenganche al partido, ese no llegó. La zaga, donde destacó especialmente Marc Valiente, repelió todos sus intentos y el marcador no se movería más, colocando al Sporting con 35 puntos, alejándose del descenso y colocándose de forma provisional a seis puntos del play-off de ascenso que marca su próximo rival, la SD Ponferradina, que visitará El Molinón-Enrique Castro “Quini” el próximo domingo a las 18:15 horas.