El Sporting tampoco
fue capaz de asaltar Zorrilla, terreno de juego
inexpugnable desde el 20 de Octubre. Pero lo peor no
fue “solo la derrota”, también lo fue la imagen del
equipo, o mejor dicho la segunda mitad. Tras una
primera parte correcta, de más a menos, pero más que
aceptable, dio paso a una segunda calamitosa,
totalmente desarbolado por Pacheta y su equipo, y
donde solo Mariño logró mantener el decoro, en forma
de una derrota por la mínima.
Tras cambios introdujo Gallego en el once (Kravets,
Gragera y Nacho Méndez) y el arranque fue esperanzador. Un equipo bien plantado,
con un buen plan de juego, jugando de tú a tú al rival y siendo protagonistas en
los últimos metros. El partido resultó vibrante en este primer acto, con mucha
ida y vuelta, pero es cierto que sin muchas ocasiones de relumbrón. Aitor García
desequilibraba por banda, al igual que hacía Toni Villa en el bando contrario,
pero los delanteros, Djuka, Cristo y Weissman no inquietaron en exceso a los
guardametas. Se le comenzó a torcer el partido al Sporting al filo del descanso,
con una nueva lesión muscular de Guille Rosas, que se marchó en camilla.
Si la primera parte fue aceptable, mejor que en
Málaga por ejemplo, la segunda mitad fue de museo del terror. Desde el arranque
se vio a un Valladolid con otra marcha, con unos ajustes tácticos en el centro
del campo que desarbolaron a un Sporting y a un Gallego incapaz de variar el
guion. Solo un disparo desde la frontal de Djuka fue el oasis en el desierto que
era el choque para los asturianos. Tampoco ayudaron los cambios. Retirar a Pedro
Díaz y colocar a Nacho Méndez en el doble pivote lastró cualquier opción de
salir de atrás con el balón controlado, y eso que el sierense no tuvo hoy su
mejor partido, ni la entrada tampoco de Gaspar aportó nada positivo al equipo.
Las ocasiones fueron llegando una tras otra. La
primera de Cristo, colándose por la defensa y encontrándose con la pierna
milagrosa de Mariño. El cancerbero fue el mejor del partido e incluso evitó que
el gol rival llegase antes, al detener un penalti a Roque Mesa. Estuvo blando
Bogdan en la marca y Nacho Méndez en la ayuda, permitiendo a Toni Villa
marcharse e internarse en el área, donde recibió un leve atropello del ucraniano
que el colegiado castigó con la pena máxima.
Salvada la pena máxima, el Valladolid siguió
insistiendo, con Mariño multiplicándose, hasta que marcó Roque Mesa. De un mal
pase en salida de Gaspar, directamente a saque de banda, llegó el 1-0. Estuvo
falto de concentración y contundencia el Sporting, permitiendo al Valladolid
tocar en el costado y encontrar en ventaja dentro del área al centrocampista
canario, que disparó para adelantar a los suyos.
Quedaba tiempo pero los gijoneses eran
incapaces de llevar el balón en ventaja al campo contrario. Con el equipo muy
atrás, el trabajo de espaldas de Campuzano casi en el centro del campo, no
permitía gran cosa salvo faltas muy lejanas. Aitor García, que hizo un trabajo
defensivo espectacular, volvió a tirar de la reserva para con un disparo casi
batir a Masip. El cancerbero cortó la última esperanza del Sporting, atrapando
un cabezazo de Babin a la salida de un córner.
Derrota dura, más allá de por perder, por la
imagen de equipo muy muy pequeño en la segunda mitad. El conjunto rojiblanco
afronta tres días claves en la recta final del mercado, decisiones a tomar que
marcaran el futuro a corto y medio plazo de la entidad. Deportivamente, a
esperar a cuantos puntos se aleja el playoff y a cuantos se puede acercar lo de
abajo. La próxima cita será el sábado a las 20:30h recibiendo a otro recién
descendido, el Éibar.