Los de Gallego, que duermen líderes, completaron 70 minutos muy buenos, haciendo mucho daño al Girona. A pesar de las bajas, los gijoneses volvieron a cuajar un gran partido. Gaspar y Valiente marcaron los goles. Los locales recortaron distancias con un gol de bandera, al final, de Pol Lozano.

Manifestaba David Gallego al término del choque, que la afición del Sporting debía de sentirse orgullosa por el rendimiento de su equipo. Y vaya si tiene razón. Porque con el virus FIFA presente (tres titulares la pasada jornada eran baja), a domicilio y ante un rival de la enjundia del Girona, el rendimiento del equipo fue altísimo, consiguiendo un triunfo totalmente justo y merecido. Ha arrancado el equipo en quinta no solo por los puntos (10 de 12), sino por propuesta valiente, refrescante y ambiciosa.

Bodgan, Gaspar y Campuzano suplieron a los ausentes Guille Rosas, Puma Rodríguez y Djurdjevic. El plan de Gallego era claro y salió a la perfección: gente rápida, menuda y vertical para atacar la espalda de dos zagueros lentos y corpulentos como Juanpe y Bernardo. Así Campuzano se plantó delante de Juan Carlos, fallando en el uno para uno, y posteriormente Gaspar hizo el 0-1, tras quedarse nuevamente delante del portero, tras sobresaliente pase de Villalba, y batirlo de disparo cruzado.

El Sporting era protagonista, amenazaba constantemente a su rival y no sufría, salvo errores propios en salida de balón. Fran Villalba pudo firmar un gol de bandera, si aprovecha el mal despeje de Juan Carlos, pero desde fuera del área, buscó una vaselina que no encontró portería. Brillante primera mitad del equipo de Gallego.

El Girona buscó salir espoleado en la segunda mitad, pero el Sporting no rehuía el envite. Y la pizarra le dio el 0-2. Falta lateral ejecutada brillantemente por Kravets al segundo palo, donde apareció libre de marca Valiente, que sin necesidad de elevarse, puso un frentazo y el balón se coló por la escuadra. Segunda jornada consecutiva en la que el laboratorio le da réditos al equipo.

A partir del minuto 70 el guion cambio. La fatiga, tras una presión intensa en bloque alto hasta entonces, y la falta de recambios de idéntico perfil a lo que había en el campo, hizo que el equipo se fuera aculando, que dejase de salir y amenazar a Juan Carlos. Los locales fueron a tumba abierta y encerraron al Sporting en su campo. Ahí emergió el trabajo solidario y efectivo del equipo. Mención aparte para los dos centrales, insuperables, bien ayudados por los laterales y el resto de los compañeros. Y cuando no era suficiente, especialmente por un Ureña espectacular en banda derecha, aparecía un acertado Mariño. El canterano del Girona hizo lucirse al vigués, que sacó una mano para desbaratar lo que hubiese sido un golazo.

Nada pudo hacer en el tramo final el arquero, con un disparo desde la corona del área de Pol Lozano que se coló por la escuadra. Había que sufrir y se sufrió. Una falta en la frontal despejado por la barrera a córner, y un disparo de Samu Saiz desbaratado por Mariño, pusieron el corazón en un puño a la hinchada gijonesa.

Victoria justa, merecida y de mucho prestigio por el escenario y las bajas existentes de un Sporting que confirma un inicio sobresaliente. Invicto tras cuatro jornadas, y habiendo sumado 10 puntos de 12 posibles, dormirá en la noche de hoy como líder. Los de Gallego repetirán el próximo viernes a las 21h, recibiendo en este caso al Leganés.