El conjunto luanquín aprovecha el parón competitivo pensando en mejorar sus
condiciones de trabajo. Por otro lado, el nuevo sintético de Balbín y la pista
cubierta de aquella zona deportiva podrían estar listos en octubre.
Miramar, en la mañana de hoy.
A pesar de la incertidumbre y de la ausencia de fechas y
detalles para la futura liga, el Marino de Luanco trabaja pensando en la vuelta
al trabajo de sus diferentes equipos. En Miramar, directivos azules están
llevando a cabo las labores de mejora, pintado y desinfección de vestuarios y
secretaría, así como de zonas comunes que circundan el terreno de juego. También
falta poco para que el Ayuntamiento de Gozón adjudique las obras para el cambio
del terreno sintético de Balbín, en cuyas proximidades están avanzados los
trabajos para contar con una pista polideportiva cubierta.
El presidente del Marino de Luanco, Luis Gallego manifestó varias veces que de
cara a esta futura temporada, el Marino perderá más de cien mil euros con
respecto pasado ejercicio, en el que incluso tuvo un extra de cuarenta y cinco
mil euros por su participación en la Copa del Rey. En lo deportivo el club ha
hecho los deberes y el entrenador, Oli Álvarez dispone de dieciocho futbolistas,
prestos todos ellos a conocer las fechas, los rivales y el formato definitivo de
competición.
Panorámica del sintético de Balbín, que será sustituido en
las próximas semanas.
Otro aspecto importante y que otras temporadas “trajo de
cabeza” al Marino han sido las instalaciones. El nuevo terreno de juego
sintético de Balbín paliará ese éxodo permanente del primer equipo azul a Candás
y a La Morgal, preferentemente. El Ayuntamiento de Gozón dispone de tres ofertas
y solo les resta adjudicar esa obra que podría empezar hacia mediados de
septiembre y que serviría no solo a los equipos del Marino, ya que el resto de
los conjuntos del municipio, también se entrenan allí, caso del Podes C.F. o
entrenan y juegan como lo hace el Gozón C.F.
No será la del sintético, la única obra a terminar este otoño ya que también en
Balbín, están puestas ya las dieciséis columnas que preludian la cubierta y el
cierre de la pista polideportiva para fútbol – sala , baloncesto y balonmano. La
citada obra servirá para “desahogar” la saturación del Polideportivo Jenaro
Fernández Diego, ubicado en el centro de la villa.
En Miramar, algunos directivos están mejorando la “vetusta”
instalación. Son los casos de Carlos Arias que además de encargarse de las redes
sociales del club, está pintando la secretaría y los vestuarios o de José
Hinojosa, preocupado y ocupado en la desinfección de la ropa, utensilios de
trabajo y zonas comunes para los jugadores.
Son muchas las interrogantes que se abren para los diferentes equipos de fútbol
y como nos manifestaba Luis Gallego: “Sería conveniente poder contar con público
en los partidos, respetando las distancias y el protocolo. En Miramar podrían
entrar, sin molestarse, quinientas o seiscientas personas. Eso permitiría
asistir a nuestros socios”.