El Oviedo se ejercitó este mediodía y Borja
Sánchez mostró sus impresiones tras el partido
de ayer. Reconoció no ver entrar el balón en el
gol, y se enteró por los gritos y cuando fueron
a celebrarlo con él.
El Real Oviedo se ejercitó
este mediodía en El Requexón, en una sesión
regenerativa con más exigencia para los
jugadores que menos minutos disfrutaron en la
noche de ayer.
Bajo un sol de justicia y en una mañana
calurosa, Ziganda programó una sesión liviana
para comenzar a recuperar a los jugadores de
cara al partido que el jueves disputarán ante el
Fuenlabrada (Nuevo Carlos Tartiere - 21:45 h.).
El protagonista de la sesión
fue, al igual que en la noche de ayer, Borja
Sánchez. El canterano habló tras la misma y
comenzó hablando de las molestias que lleva
arrastrando desde antes del partido ante la
Ponfe, "me está costando quitármelas de encima y
me da rabia... salgo en el segundo tiempo y
aunque sean los minutos finales me daba rabia
irme con el resultado tan ajustado dejando solos
a mis compañeros. Me voy contento por el gol
pero jodido por esa molestia y espero poder
quitármela pronto".
El ovetense cree que el triunfo de ayer tiene
"un valor anímico brutal. El equipo tenia muchas
ganas de ganar, creo que el último partido ante
el depor lo merecimos y no lo conseguimos... y
ganar un partido así, al máximo rival y en su
campo, tiene un valor añadido espectacular.
Espero que sirva para que el equipo coja más
confianza y pensamos ya en el jueves".
Borja Sánchez afirmó que va a
recordar el partido toda la vida, aunque se
sinceró y reconoció que no vio ni entrar el
balón, "Ortuño me da el pase, llego con la
puntera como puedo y caigo de espaldas. Hasta
que no oigo los gritos y no veo a la gente venir
a celebrarlo no sabia ni por donde había
entrado".