El defensa
argentino comentó las dificultades de una concentración de dos meses, aunque no
cerró la puerta a ello en pos de acabar la competición.
Foto de uno de los entrenamientos el pasado mes de marzo.
La primera plantilla del Real
Oviedo se ejercitó esta mañana nuevamente en El
Requexón. La sesión se desarrolló según el cauce
habitual de esta primera fase, con
entrenamientos individuales y por turnos, desde
las nueve de la mañana.
Grippo respondió a las
preguntas de los medios de comunicación y señaló
que el regreso al trabajo es diferente al que
tuvo anteriormente en el fútbol, "estamos
trabajando bien, cada uno tiene su programa y
vamos en el buen camino".
El argentino llegó en el
mercado invernal y solamente participó en el
estreno de Ziganda como entrenador en Lugo
(1-0), pero apela a prepararse para "once
finales" y destaca que "hay que estar listo
desde el primer partido y afrontarlos como si
fueran el último".
Se especula con que la crisis
económica, a causa de la pandemia, afecte al
fútbol y se reduzcan los presupuestos de los
equipos. Ante una posible reducción salarial
comentó que "es un tema que cuando acabe esta
temporada tendremos que negociar todos. Cada uno
tenemos que saber lo que queremos, yo quiero
jugar al fútbol y el amor por el deporte es lo
más importante, el resto hay que negociarlo".
De cara a una hipotética
concentración de los futbolistas para evitar
contagios comentó que "estar lejos de mi familia
dos meses sería complicado. Pero cada uno tiene
que hacer un esfuerzo para acabar esto. Hay
gente que ha hecho trabajos mucho más
importantes que nosotros que son más difíciles
que estar concentrados dos meses".