El
delantero aprovecha el parón para recibir clases privadas de yoga, a través de
facetime.
El delantero se entretiene en
su domicilio durante el confinamiento, "hemos
montado un pequeño gimnasio en el garaje y en el
jardín hacemos juegos, hacer un poco de
jardinería, bricomanía...
Con el bebé también hay trabajo, la verdad que no estamos mal
del todo, pero echando de menos lo que teníamos
antes".
En su círculo cercano
"gracias a Dios no hay ningún positivo. Mi madre
es la que está más expuesta porque trabaja en un
centro de salud y tiene que estar ahí, al pie
del cañón. El aplauso de las ocho también es
para ella y esperemos que todo siga como hasta
ahora y pase esto pronto".
Aprovechó este parón para
iniciarse en el yoga, "siempre lo he querido
practicar, pero siempre lo fui dejando. Tengo un
amigo con el que coincidí en el Barça 'B' que se
llama Ernesto y he comenzado clases privadas por
facetime. Pensaba que era más tranquilo, pero es
exigente y sudamos. Lo practico tres días a la
semana, dos fuertes y uno para estiramientos,
movilidad... nos está viniendo bastante bien
para ganar flexibilidad y para la cabeza, que
relaja".
La interrupción liguera vino
en el peor momento a nivel personal para el
andaluz, "estaba jugando todo lo que me gustaría
y encima estaba haciendo goles. En seis partidos
metí tres. Espero seguir teniendo la confianza
del equipo y del míster".
De cara al regreso, se
especula con que podrían tener quince días de
preparación previa antes de reanudar la
competición, pero Rodri no sabe "si serán
suficientes para recuperar el ritmo que teníamos
antes. Menos es nada, pero todavía no sabemos si
van a ser quince, veinte o una semana. Tenemos
que cuidarnos en casa para llegar en las mejores
condiciones".
Esta crisis sanitaria cree
que cambiará "la mentalidad, las costumbres y
los hábitos. Dentro del campo no va a cambiar
nada y en el protocolo de seguridad seguro que
hay cambios, pero ahí no mandamos nosotros".