Varios
aficionados increparon a Cristian por la celebración del primer gol en la
retirada a vestuarios. El árbitro recogió la entrada al campo de aficionados
locales al final del partido y el incidente con una aficionada.
El Tuilla - Caudal estaba marcado en el
calendario y El Candín se vistió de gala para esta importante cita. Unos 300-350
aficionados se dieron cita en el campo langreano, donde hubo especial piquilla
de la parroquia local con el ex delantero del Tuilla, Cristian García, que marcó
los dos goles.
Tras el pitido final la gente se
agolpó en la zona de los vestuarios, que queda cortada por dos vallas de
seguridad. Varios aficionados locales increparon al delantero ovetense que
"cuando anotó el primer gol hizo varios gestos y se encaró con la gente. Al
final del partido pidió perdón a nuestro delegado", afirmó José López Arbesú.
La directiva del Tuilla trató de
tranquilizar a la gente, ya que "en el partido no hubo nada y el árbitro estuvo
perfecto". Bermejo Ferrero recogió en el acta que "al término del partido,
antes de abandonar el terreno de juego, mientras los jugadores lo abandonaban
hacia los vestuarios, se produjo la entrada de aficionados en la zona de paso
destinada para la salida de árbitros y jugadores, produciéndose un
enfrentamiento entre varios jugadores visitantes y múltiples aficionados sin
poder identificar de que club".
El trío arbitral se quedó unos minutos
sobre el terreno de juego, a la espera de que se tranquilizasen los ánimos y el
colegiado reflejó en el acta que "varios minutos después, cuando se despejó
la zona de paso hacia vestuarios, mientras nos dirigimos al vestuario, una mujer
que identificamos como aficionada del equipo local por sus insultos, tales como"
¡Has venido a joder al Tuilla!" nos golpeó a mi Asistente Número 1 y a mi con la
mano abierta, en varias ocasiones en la espalda. Sin más incidentes con el
público, ambos equipos y el trío arbitral entramos en los vestuarios.".
El presidente del Tuilla, José López
Arbesú, lamentó lo ocurrido "la guardia civil estuvo en el campo y tuvo que
marchar. Entre los directivos y los jugadores del Caudal tratamos de
tranquilizar a la gente. No llegó a pasar nada. Una guaja que no sabemos de
donde salió le dio en la espalda al asistente y le dijo que había venido a
jodernos. Está claro que al árbitro no se le puede tocar, ni nada, y esto nos
duele más que la derrota". El presidente dinamitero es optimista, ya que no fue
una acción violenta, y espera que no suponga más que una multa leve.