Rodri Ríos, de penalti y en el minuto 88, anotó el gol de la victoria carbayona, en un partido muy táctico ante el Tenerife. Los azules finalizan la jornada a dos puntos de la permanencia.

Un entrenador asturiano, muy conocido en la región, siempre dice que el columbio va y viene. Igual que la suerte. Y así fue. En esta ocasión el VAR, que en jornadas anteriores le costó puntos al Oviedo, hoy le sonrió con un penalti tras una inocente mano de Luis Pérez, que dio origen al único gol del partido. Rodri Ríos marcó el tanto de la victoria que permite a los de Ziganda seguir creyendo en la permanencia, tras un igualado partido, muy táctico y sin apenas intervenciones de los dos cancerberos.

El "Cuco" Ziganda se estrenaba como técnico azul en el Tartiere y dio entrada a Arribas y Mossa en el once titular, tal y como se esperaba, ante las ausencias de Grippo y Christian Fernández, castigados por ciclo de amonestaciones. El entrenador oviedista formó otra vez con un 4-4-2, con Rodri y Ortuño en la punta de ataque. La tercera novedad en el once fue la entrada de Sangalli por Sebas Coris, pero el vasco volvió a mostrarse espeso a pesar de su derroche físico.

El Tenerife salió con tres ex oviedistas en la alineación: Shaq Moore, que actuó como extremo, el capitán Aitor Sanz y Javi Muñoz que acompañó en el ataque a Dani Gómez, algo más retrasado, ante la ausencia de Joselu Moreno, que no pudo intervenir por la cláusula del miedo.

La situación de ambos equipos, distanciados por siete puntos en favor de los isleños, daba mayor importancia al botín que se disputaba en el Tartiere. La igualdad imperó en una primera parte muy táctica, de dominio alterno y sin ocasiones destacables para ninguno de los dos equipos.

El Tenerife se mostraba más cómodo con balón, buscando un juego más elaborado con Luis Milla como cerebro del equipo, acompañado por Javi Muñoz. Dos de los centrocampistas con más calidad de la categoría.

El Oviedo aguantaba replegado en su campo sin balón, con las líneas juntas y defendiendo cerca de su área, mientras que en ataque buscaba directamente a Saúl Berjón en la banda izquierda, aunque los centros del capitán no encontraron rematador.

El Tartiere despidió al equipo con silencio y algún tímido pito, después de animar al equipo durante una primera parte en la que no mostró la ambición clara de ir a por el gol.

La segunda mitad continuó por los mismos derroteros, sin llegadas claras a ninguno de los dos áreas. Ziganda movió ficha tras cumplirse el primer cuarto de hora, primero retiró a Berjón para dar entrada a Borja Sánchez y, posteriormente, a Ortuño por Ibra Baldé. El capitán a pesar de entrar poco en juego, fue de los más activos en ataque, pero el ariete murciano apenas intervino.

La entrada de Borja Sánchez sirvió de revulsivo

El Oviedo comenzó a estirarse y dominó la última media hora. El canterano fue el hombre más desequilibrante y en el 68 puso un centro al área que peinó Ibra, aunque fácil para el meta visitante. Cada vez que el ovetense tocaba la pelota daba más sensación de peligro que en todo lo jugado hasta el momento.

Una inocente mano dio origen al penalti de la victoria

En el minuto 84, Juanjo Nieto sirvió un centro desde la izquierda que golpeó en la mano de Luis Pérez. El árbitro consultó con la sala VOR y posteriormente visionó las imágenes para señalar la pena máxima. Rodri Ríos, con sangre fría, convirtió el lanzamiento por el medio, engañando a Ortolá.

El gol fue un estadillo de alegría para el Tartiere y Rodri celebró su segundo gol con una voltereta que hizo vibrar al Tartiere.

Siete minutos prolongó el colegiado, justificados por las interrupciones, en los que el Oviedo no pasó apuros para salvaguardar su ventaja.

El Oviedo finaliza la jornada en la vigésima posición, a dos puntos del Albacete -que tiene un partido menos- y a tres del Deportivo -al que se enfrentará próximamente-. La plantilla disfrutará mañana de descanso y el martes volverá al trabajo en El Requexón para comenzar a preparar el partido del sábado (16 h.) en el Francisco de la Hera, donde se medirán a otro rival directo como el Extremadura, al que aventajan en un solo punto.