Los números de 2019 para
los equipos sénior de categoría nacional.
Durante 2019, nadie
pudo ganar al Lealtad en la liga regular. En
la foto, el equipo que obtuvo su triunfo más
amplio, tras derrotar (0-5) al Gijón
Industrial, el 21 de abril. De izquierda a
derecha, de pie: Fernando Losada, Cheikh
Saha, Juan Piniella, Roberto Albuquerque,
Caique Gonçalves y Javi Porrón; agachados:
Miguel Obaya, Jorge Fernández, Adri
Sanabria, Manu Medori y David Ruiz.
Tal como
hacíamos hace doce meses, es momento de
recopilar y plasmar en números comentados lo que
nuestros equipos han fraguado a lo largo del año
natural que ahora termina. Ese período de enero
a diciembre es el que engloba el final y el
principio de dos proyectos consecutivos y el
que, en buena parte, nos delata si la línea
mantenida por cada uno tuvo continuidad o no.
Centrándonos en el ámbito sénior, masculino y
de liga regular de estatus nacional, de paso
configuramos una clasificación única y global.
Lógicamente, aplicamos los correspondientes
factores de corrección, que, en este caso,
otorgan a las victorias un valor doble en una
categoría respecto a la inmediatamente inferior
(3 puntos en 3ª, 6 en 2ªB y 12 en 2ª) y lo mismo
para los empates (1 punto en 3ª, 2 en 2ªB y 4 en
2ª).
De los 29 equipos que han entrado en liza
durante 2019, sólo el Marino Luanco lo hizo en
dos categorías diferentes, mientras que otros
otros 7 –Urraca, Lenense, Vallobín, Navarro, La
Madalena Morcín, Universidad Oviedo y San
Claudio– sólo intervinieron en categoría
nacional de forma parcial, por sus respectivos
descensos a Regional Preferente o ascensos a 3ª
División.
Junto al Lealtad y Tuilla, el Marino Luanco
es el equipo que más victorias celebró a lo
largo de 2019. La primera del año tuvo lugar
en el Santa Catalina, donde esta formación
vencía (0-2) al Praviano. De izquierda a
derecha, de pie: Emilio Morilla, Adrián
Trabanco, Germán Fassani, David González,
Juan López y Javi Rabanillo; agachados:
Guaya Sánchez, Álex Arias, Martín Pérez,
Borja Álvarez y Luis Morán.
Así pues, la tabla global queda liderada,
in extremis, por un Real Oviedo que,
igualando en victorias (16) al Real Sporting,
le supera por el estrechísimo margen de un
empate, precisamente el que cosechó en
Santander, en la última jornada del año. En todo
caso, el empate técnico que protagonizan los dos
principales equipos asturianos está sumido en la
mediocridad, especialmente en un aspecto
realizador que, mientras los azules establecen
en 1’2 goles por partido, los rojiblancos se
anclan en la pírrica y exacta media de uno cada
90 minutos, más de un tercio de los cuales
fueron obra de Uros Djurdjevic. Por buscar
igualdad, hasta en el cambio de entrenador se
produjo, con el ultimísimo de José Alberto López
que equilibró al de Sergio Egea.
En lo que a 2ª División B se refiere, el balance
global de nuestros equipos es aceptable, aunque
sin números verdes. La primera mitad del año
terminó sin descensos y con el regreso, tras
cuatro años de ausencia en el tercer nivel, del
Marino Luanco. Además, pese al factor de
corrección que minusvalora los números de 3ª
División, el equipo de Oli Álvarez supera en el
global al resto de asturianos de la categoría.
Todos, y gracias al arreón general de las
últimas semanas, cierran 2019 fuera de la zona
roja, algo que llama la atención en el caso del
Langreo, dada su condición de equipo con
mayor déficit realizador, heredado de la segunda
vuelta de la temporada anterior y es que,
durante 2019, nadie celebró menos goles (29) que
los rojiazules, dejando a un lado a quienes
militaron en 3ª División de forma parcial.
Volviendo al caso del Marino Luanco, también son
llamativos los grandes resultados que obtiene en
relación con las infraestructuras que padece,
más que por el ruinoso estado de Miramar, por la
necesidad de deambular para llevar a cabo los
entrenamientos.
El Siero aglutinó la
condición de equipo con menos victorias y
más derrotas. La foto corresponde al primer
partido que perdió en 2019, el 6 de enero,
en Tuilla. De pie, de izquierda a derecha:
Davo García, Jorge Valiente, David Blanco,
Edu Llosa y Pablo Patón; agachados: Álex
Padrón, Carlos Menéndez, Dani Pevida, Luis
Fanjul, Pelayo González y Carlos Mundaka.
Ya en el cuarto nivel, el protagonismo es para
el Lealtad. Tras la triste tarde del 30
de junio, en la que dejó escapar un ascenso que
tenía en la mano, en Villaviciosa siguen sin
toparse con alguien capaz de ganarles en liga
regular y tan llamativo como su ausencia de
derrotas es este abrumador dato: de los 3.420
minutos de juego que disputó durante 2019, sólo
estuvo por detrás en el marcador en 118 minutos
(58’ con el Real Avilés, 17’ con el Covadonga y
43’ con el La Madalena Morcín). Con respecto a
2018, los que más mejoran son el Tuilla y
el Llanera, mientras que la afición del
Covadonga sigue siendo, con creces, la
que más goles celebra (89) y la única que canta
más de un par de media por partido (2’34), que
sitúan a los del Álvarez Rabanal justo por
encima del Caudal, un tanto relegado en
relación con su teórico potencial y a pesar de
disponer del máximo goleador y guardameta menos
goleado. Quien no deja de llamar la atención,
por lo negativo, es la SAD Real Avilés,
cuya propiedad, a través del cuarto y extraño
“alquiler”, continúa en su peculiar empeño de
convertirle en un residuo. Si el ratio anual de
2018 le situó como el peor equipo de Asturias,
el de 2019 le deja en penúltimo lugar, sólo por
encima del Siero. Además, siguiendo la
línea de sus cuatro récords negativos de 2018,
la SAD avilesina acaba de establecer tres más en
un año natural: el de victorias (7), el de
derrotas (22, igualando las de 2018) y el de
goles recibidos (79), sumando los partidos
oficiales de Copa Federación; todo, teniendo en
cuenta que milita en su categoría más baja y que
todos sus rivales parten con la desventaja de
representar territorios con menos posibilidades.