El filial rojiblanco, que cerró el 2018 con la peor
racha de la temporada, necesita un triunfo ante el
Amorebieta para no agravar más su crisis.
El Sporting B de Isma Piñera tratará de cambiar su cara
aprovechando el nuevo año. El final del 2018 fue
turbulento, con la peor racha de toda la temporada,
acumulando cuatro derrotas en los últimos cinco
partidos. Alguno de ellos, con derrotas de enorme
preocupación, como la vivida en la última jornada, en
casa, ante el colista, la Gimnástica de Torrelavega.
Además de los resultados, la imagen de los rojiblancos
invita a tener una dosis de preocupación para la que
existe un remedio. Una victoria ante el Amorebieta en la
tarde de mañana sábado (16.30 horas) sería un buen paso
para ello.
El equipo gijonés se mide a uno de los peores equipos en su
feudo, pero ya quedó demostrado en jornadas anteriores
que los números no sirven de mucho si después no se
traducen en el terreno de juego. Desgraciadamente, los
rojiblancos pueden dar buena cuenta de ello. El Sporting
B ha caído de forma consecutiva ante los dos equipos que
ocupaban el farolillo rojo: Tudelano y Gimnástica.
Para el encuentro en Urritxe, que estará dirigido por el
aragonés Lou Ballano, el técnico gijonés no podrá contar
con la presencia nuevamente de Mateo Arellano, Javi
Benítez y Pelayo Morilla. A ellos se suma Neftalí. Sí
estará Bertín después de que esta semana haya sido
requerido por José Alberto López para el primer equipo
debido a las molestias de Traver. El posible once podría
ser el formado por: Christian Joel; Bogdan, Pelayo
Suárez, Álex Zalaya, Berto Espeso; Gragera, Pedro Díaz;
Pablo Fernández, Sandoval, Bertín; y Gorka Santamaría.
El resto de la convocatoria se completa con la presencia
de Mateusz, Villalón, Ramón, Isma Aizpiri, Chiki, Iván
Elena y Rubén Sánchez.
En las filas del Amorebieta, que está dirigido por Íñigo
Vélez, son baja segura Del Olmo, Aurtenetxe y Oli, que
han abandonado la disciplina vasca durante el parón
navideño. A ellos se suma la del sancionado Simic para
un partido en el que el Sporting B tiene que buscar el
cambio de paso en este 2019 si no quiere agravar más aún
la crisis de resultados en la que se encuentra desde la
llegada de Isma Piñera al banquillo.