Un gol de Álvaro, en el segundo de los cuatro minutos de
añadido decretados por el colegiado, supuso un triunfo
para la historia del Covadonga, por ser el primero que
logra en la categoría, frente a un Pontevedra que, a lo
largo del partido, fue sensiblemente mejor y dispuso de
las dos ocasiones más.

1.- C.D.
Covadonga: Daniel Fernández; Mario Ramos, Raúl
González, Lucas Justo, Carlos Páramos, Álvaro del Río,
Miguel Pérez, David Álvarez, Óscar Martín (Isaac
Álvarez, 93'), Manu Rodríguez (Aramo González, 70) e
Íñigo Coto (Lucian Costel, 78').
0.-
Pontevedra C.F.: Ríal; Brais, Luis, Óscar, Aitor,
Xavi (Rivas, 67'), Antón, Garrido, Besada (Rodri, 73'),
Rachu y Manu (Bital, 78').
Árbitro:
Pablo González Fuertes, colegiado de Primera
División, asistido por los también gijoneses Vega
Estopiña y Prendes Ardura. No hizo uso de las tarjetas.
Goles:
1-0. (92'): Álvaro del Río.
Incidencias: Juan Antonio Álvarez Rabanal, de césped
sintético. Alrededor de 125 espectadores. Los diez
minutos finales se jugaron con luz artificial.

Doce
jornadas hubo de esperar el Covadonga para hacerse con
la primera victoria en División de Honor, triunfo que
llegó en tiempo de añadido y que se celebró por todo lo
alto tanto dentro del terreno de juego como en las
gradas.
El
encuentro, que iba para 0-0, se decantó del lado local,
después de que el Pontevedra dispusiera de las dos
ocasiones más claras del partido, ambas en las botas de
Antón, que encaró por dos veces -una en el minuto 32 y
otra en el 68- al guardameta local.

Durante la
primera mitad, jugando con exceso de nervios, los
locales estuvieron mal en el último pase y, las más de
las veces, a la hora de seleccionar la mejor jugada,
mientras que el Pontevedra, superior en la parcela
central, fue bastante más incisivo, especialmente a la
contra.
En el minuto
32, tras un error defensivo, el visitante Antón se
plantó solo ante Daniel Fernández, pero su disparo, con
todo a favor, se perdió cerca del poste derecho. Poco
después llegó la única ocasión local, en duro disparo
cruzado de Íñigo Coto que se marchó por encima del
travesaño.

La segunda
parte fue muy similar a la primera, aunque la primera
ocasión fue para los locales en un disparo que atajó
Rial antes de que rematara Íñigo Coto.
Doce minutos
después llegó la segunda gran oportunidad del
Pontevedra, abortada por Daniel Fernández, aunque el
colegiado señaló una falta anterior en la frontal del
área que se lanzó sin consecuencias.

En el minuto
87, en una fase en el que el partido estaba loco, un
disparo de Lucian Costel desde la frontal golpeó en un
zaguero gallego y se fue a corner, pero el ansiado gol
llegó en el añadido, en una falta botada por Carlos
Peramos que Lucas Justo cabeceó al travesaño. El balón
botó un par de palmos por delante de la línea de gol y
en la melé que se formó, Álvaro del Río anduvo más listo
y mandó el balón a las mallas para alegría propia y de
unos compañeros que celebraron el tanto como si
significara una Champions. No era para menos, porque
suponía acabar con el gafe que arrastraban desde la
jornada uno.
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