El director deportivo será el encargado de tomar la
decisión sobre la continuidad de Rubén Baraja. Hoy o
mañana, días clave para el desenlace en el banquillo.
José Alberto López sigue presentando sus méritos con el
filial.
El
Sporting sigue inmerso en una profunda crisis de
resultados, con una victoria en los últimos nueve
partidos y sumando tres puntos de los últimos quince en
juego. Los números relatan por sí solos el estado en el
que se encuentra el equipo de Rubén Baraja, sobre el que
recaen todas las miradas. El crédito del técnico
vallisoletano parece prácticamente agotado y solo el
duro calendario que tiene el equipo gijonés por delante
parece sujetarle en el cargo. Los duelos ante el Málaga,
Oviedo y Granada son, a juicio de la dirección
deportiva, una carga que no debe de sostener el nuevo
inquilino en el banquillo en caso de darle un giro a la
situación. Pero, por otra parte, la situación ha hecho
sonar todas las alarmas, porque el equipo no da muestras
de reacción -ante el Almería ofreció una mejoría
insuficiente- y se ha acercado peligrosamente a los
puestos de descenso, de los que le separan solo tres
puntos.
Lo
que antes suponía un logaritmo al que aferrarse, al
estar a un partido de los puestos de play-off se ha
difuminado. La realidad es patente y la preocupación
existe dentro del consejo de administración rojiblanco.
El máximo mandatario entiende que la decisión final debe
de tomarla el encargado de la parcela deportiva en este
caso, el director deportivo Miguel Torrecilla. Él ha
sido el encargado de conformar la plantilla junto a
Baraja y es el mejor conocedor de si el técnico puede
exprimir un mejor rendimiento de los jugadores. Ahí se
sitúa la clave para tomar una decisión inmediata o dejar
que el tiempo corra, a favor o en contra, del Sporting.
La patata caliente que tiene Torrecilla en las manos ha
cogido una alta temperatura. Si en el pasado le tembló
el pulso a la hora de destituir a Paco Herrera, una
decisión que se entendió como tardía y que, con la
llegada de Baraja, supuso un cambio radical en el
equipo. Ahora, la historia se repite con antelación,
cambiando la jornada 18 en la que salió Herrera por la
duodécima en la que se encuentra el ‘Pipo’.
Las próximas horas pueden ser cruciales
Mientras el equipo se entrenó esta mañana en Málaga y se
desplaza hacia Gijón, en Mareo se analiza la situación
del equipo para valorar un cambio o darle aún más margen
de maniobra a Rubén Baraja. Sobre la mesa se disparan
las dudas. Por una parte, José Alberto López presenta
unos méritos correspondientes a la pasada temporada
-histórica para el filial entrando en el play-off de
ascenso- y a la actual, en el que ha sabido conformar un
equipo totalmente nuevo y que ya ha derribado a equipos
de la envergadura del líder Racing de Santander y del
colíder Barakaldo.
Sin embargo, la confianza de Torrecilla en José Alberto
López no parece que exista según han ido evolucionando
los acontecimientos. Primero, dio muestras durante su
renovación en la que le ofrecía un solo año de contrato
que, posteriormente, se amplió a dos tras una larga
negociación y a ello se suma que en ningún momento se le
valoró para coger este verano las riendas del primer
equipo. Una idea que choca frontalmente con la que puede
tener el consejo de administración y con el sentir de la
afición sportinguista, que pide a gritos el ADN de
Mareo, también en el banquillo. No se descarta que
durante el día de hoy o el de mañana, ya que el equipo
regresará a los entrenamientos el miércoles, se tomen
decisiones sobre la continuidad de Baraja.