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Dieciséis roturas de cruzado en lo que va de temporada

Viernes 26 de Octubre de 2018
G. Bañó
Foto: Fierros

El doctor Rodas da las claves para disminuir la probabilidad de sufrir la segunda autolesión más habitual en el mundo del fútbol: "Es fundamental una adecuada elección de las botas y ejercitar los grupos musculares isquiotibiales".

La rotura del ligamento cruzado es una de las lesiones más graves que se producen en el mundo del fútbol. Afortunadamente no es la lesión más habitual y la UEFA estima que se produce en un 1,8% de los casos. Son más propensas a sufrirla las chicas (55%) que los chicos (45%), ya que "tienen mayor oblicuidad en la rodilla y laxitud ligamentosa, lo que favorece que el cruzado se vea comprometido y se rompa con facilidad", comenta el doctor Rodas, jefe de los servicios médicos de la Mutualidad de Futbolistas del Principado de Asturias, quien también destaca que "las chicas se emplean a fondo, son muy competitivas y eso también influye".

Desde el inicio de temporada y hasta hoy se han diagnosticado dieciséis roturas de cruzados entre los futbolistas federados en Asturias, "es la media",  comenta Rodas.

La rotura del ligamento cruzado es la segunda autolesión más habitual, tras las lesiones musculares. El 82% de las roturas de cruzado se producen sin contacto, en un giro de la rodilla en dos ejes que produce la rotura en milisegundos.

¿Cómo prevenirlo?

La FIFA y la UEFA realizan estudios para prevenir y disminuir las lesiones, entre ellas la rotura del cruzado. Rodas destaca dos claves para su prevención: una correcta elección de las botas de fútbol en función del campo en que se juegue y estimular los grupos musculares isquiotibiales antes de la práctica deportiva.

Rodas considera que "es fundamental realizar una elección adecuada de la bota para el campo que se juega. Cuanto peor esté el sintético debe tener tacos más cortos y mayor número de tacos. Cuando el campo esté bien, con césped largo, es importante verificar que esté bien regado, porque si está seco la bota puede quedar clavada y dar pie a una lesión". El médico de la Selección Española Sub-21 cree que los jóvenes "sin querer, siguiendo las modas de imitar a sus ídolos, compran esas botas sin saber si son las más adecuadas para los campos en los que juegan".

Otro trabajo fundamental de prevención es fortalecer los músculos de la región posterior del muslo y realizar ejercicios de equilibrio (propiocepción), que disminuyen la incidencia de lesión del cruzado. No está cerrado el dato, pero se estima que podría disminuir el riesgo hasta un 35% realizando estos ejercicios antes de entrenamientos y partidos.

En un segundo nivel de la prevención, Rodas señala la importancia de "diagnosticar bien la lesión si rompió el cruzado, para salvar el menisco y evitar una artrosis temprana".

Cada vez más habitual en gente joven

Rodas incide en que los campos de hierba sintética no son peligrosos, ni si quiera las botas que están diseñadas por biomecánicos, el índice de riesgo aumenta por "utilizar botas inadecuadas para el campo en el que juegan. Los futbolistas profesionales tienen una costumbre que es pisar el césped antes del partido para saber qué tipo de bota les conviene más. Hay que educar al futbolista para prevenir".

La pasada temporada un niño de 9 años se rompió el ligamento cruzado y tendrá que dejar de competir hasta que se desarrollen los cartílagos, por lo que no podrá ser intervenido hasta los 15 años aproximadamente, mientras tanto no podrá competir y tendrá limitada su actividad física para evitar que le afecte a los meniscos.

No adelantar tiempos de recuperación

Los periodos de recuperación del ligamento cruzado están fijados entre 6 y 9 meses, aunque Rodas reconoce que algún futbolista profesional puede llegar a adelantarla a los 5 meses, "pero en el fútbol amateur no debemos tener prisa. Es clave que por donde se reconstruye el cruzado el hueso quede bien anclado a los tendones. Adelantar el proceso puede provocar una recaída". En el periodo de recuperación, seguir bajo la supervisión de un médico y un fisioterapeuta es clave, "el futbolista no está de alta cuando sale de la consulta, está cuando puede jugar con garantías".

El pasado mes de junio se celebraron en Oviedo unas Jornadas de Prevención de Lesiones, donde participaron médicos y deportistas como el castrillonense Jairo Álvarez, que rompió el cruzado en tres ocasiones, contó su experiencia y lo que sintió en esas tres ocasiones, "allí llegamos al consenso de que hay que concienciar a la gente para realizar ejercicios de prevención y lanzamos un mensaje de optimismo, la rotura del cruzado no es la lesión más frecuente en el mundo del fútbol".
 

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