El Sporting juvenil desaprovechó la oportunidad de ser campeón. Los rojiblancos cuajaron un mal partido ante un Bansander que hizo valer su orden y disciplina para ganar en Mareo.

Desde el primer minuto el Sporting quiso ir a por el partido. En los primeros cinco minutos ya dispusieron de tres ocasiones por medio de César, Gaspar y Sandoval que salvaron entre el portero cántabro y el central Edgar prácticamente bajo palos. Tras ese arreón inicial el partido se niveló, Miguel evitó lanzándose al suelo, un disparo de Daniel que llevaba camino del 0-1. Gaspar probó fortuna desde lejos sin puntería, pero el Sporting no era claro dominador ante un Bansander que con un planteamiento muy agresivo en la presión y en defensa dificultaba mucho el juego rojiblanco.

Aun así las ocasiones, pocas, pero eran todas rojiblancas. Edgar salvó bajo palos el tiro de Ferre. Sin embargo era el Bansander quién iba a golpear en su primer acercamiento al área de Christian Joel. Jugada por la derecha que Diego pone al área y Jesús Moisés al primer toque cruza el balón lejos del guardameta del Sporting. Mazazo de agua fría para el Sporting. Un gol que además sentó muy mal al Sporting, porque los de Isma Piñera además dejaron de llegar al área de Pablo.

El cuadro cántabro estaba haciendo el partido perfecto, pero con un derroche físico muy notorio. Incluso tuvieron el 0-2 en otra jugada por banda derecha, punto débil hoy de la defensa sportinguista, pero Miguel y Gragera estuvieron muy atentos en la cobertura para interceptar un pase idéntico al del 0-1 y que ya esperaba rematador.

Tras el descanso el Bansander ya no salió tan agresivo. Ya no presionaba tan arriba y en campo contrario. Eso propició que el Sporting atacase con más comodidad. Reclamaron los de Isma Piñera un penalti sobre Ferre que pareció claro, pero Fernández Pérez no señaló. El Sporting comenzaba a llegar con más claridad, Gaspar se plantó solo ante el portero, pero en vez de tirar buscó un pase imposible que la defensa despejó. En un saque de esquina, Miguel remató al poste y Gragera no puede anotar el rechace, ya que Pablo tapó bien el hueco.

El partido se consumía sin que el Sporting, sin ideas en el campo y en el banquillo, pudiese llevar peligro ante la meta cántabra. En los compases finales si dispusieron de alguna ocasión para lograr el empate. Pablo de falta directa y Miguel tuvieron dos buenas opciones pero chutaron fuera, pero el marcador no se movería. El Sporting mantiene sus opciones de ser campeón intactas, pero tendrá que hacerlo ganando, pues el empate no les garantiza matemáticamente ser campeones, en Pontevedra.