Resumen del año 2017 en el Caudal Deportivo. Tras lograr
una permanencia bastante sufrida la plantilla se
remodeló casi por completo bajo la batuta de Paco
Fernández, que acabó dimitiendo y dejando paso a Josu
Uribe, que deberá obrar un milagro en 2018.
Como
si del Dr. Henry Jekyll y su alter ego misántropo Edward
Hyde, el Caudal Deportivo ha tenido dos mitades del año
muy diferenciadas entre sí. Una primera dulce, con una
permanencia lograda no sin un punto de sufrimiento en la
categoría de bronce, pero que contrasta frontalmente con
la segunda parte en la que la ilusión se tornó muy
pronto en una película de terror de serie B.
El
Caudal inició el año 2017 en una cómoda situación
clasificatoria. Los de Iván Ania habían hecho una
primera vuelta logrando veintidós puntos y ocupando el
puesto decimotercero de la clasificación. Un primer
tramo que había sido muy irregular, y es que la
irregularidad fue la principal característica de ese
Caudal Deportivo. Empezó el año mal, con tres partidos
sin conocer la victoria, dos derrotas y un empate. Eso
hizo que la renta con la que empezó el año se diluyese.
Cayó
al puesto de play-out, pero con una goleada al
filial del Real Valladolid escapó de esa posición. No
obstante, la irregularidad y la igualdad reinante en el
grupo I, con los equipos de la zona baja puntuando
varios cada jornada no permitían relajación. Tras una
nueva derrota frente al Tudelano, el Caudal volvió a ese
puesto de play-out, pero fue el germen de la
mejor racha de la temporada.
Ocho
jornadas consecutivas sin perder, hasta que en la
trigésimo tercera cayó goleado en Guijuelo, llegó a
colocar al Caudal cuatro puntos por encima del descenso.
Quedaban cinco jornadas y los equipos de la zona baja
apretaban mucho. Esa renta se esfumó dos jornadas
después. Quedaban tres partidos, dos en casa y el Caudal
sabía que si los ganaba, se salvaría. Con sufrimiento y
mucha tensión, pero los de Iván Ania lo lograron y en la
última jornada lograron la salvación.
Pocos días después, a pesar de tener oferta de
renovación, Iván Ania decidió no continuar en el Caudal
por diferencias con la directiva caudalista y en su
lugar llegó un viejo conocido: Paco Fernández. Con el
ovetense de vuelta al club donde se dio a conocer en el
panorama nacional la plantilla sufriría una profunda
remodelación. Solo seis jugadores continuarían en
nómina. La intención era contratar jugadores que
subieran el nivel para tener una temporada tranquila con
motivo del centenario del club.
Pronto la planificación empezó a torcerse. Pasaban las
semanas, se caían las primeras opciones y el Caudal era
incapaz de cerrar incorporaciones. Comenzó la
pretemporada con apenas un puñado de jugadores. Las
nuevas incorporaciones fueron llegando según avanzaba
Agosto, lo que hacía presagiar que el Caudal tendría que
adaptarse, algo que le llevaría unas jornadas. Como se
esperaba el Caudal no arrancó bien, aunque tras cuatro
jornadas en la que hubo más resultados que sensaciones,
éstas parecían ir a mejor.
La
victoria en Logroño en Las Gaunas y el empate frente al
filial de la Real Sociedad marcaron el cénit del Caudal,
que a partir de ahí iniciaría su caída libre en
resultados y sin ofrecer reacción alguna. Siete derrotas
consecutivas hicieron que Paco Fernández se diese un
ultimátum a sí mismo. O se ganaba al Izarra o dimitía.
El partido acabó en empate con un nuevo error impropio
de estas categorías y el ovetense cumplió su palabra.
Dejó el banquillo caudalista en medio de un ambiente muy
tenso, con declaraciones cruzadas entre el cuerpo
técnico saliente, afición, directiva y plantilla.
En
su lugar llegó Josu Uribe para intentar revertir la
situación. El gijonés tenía tres partidos en Diciembre
para lograr una primera reacción antes de un mercado
invernal que todo indicaba sería movido. En estos tres
partidos el Caudal sumó solo dos puntos, quedándose
colista a ocho puntos de una salvación con toda una
vuelta por delante. Pero las sensaciones cambiaron, ya
que el Caudal ofreció otra imagen y mereció mejor botín
de puntos que el obtenido.
Así
se cerraba en el plano deportivo un año 2017 con un
final tétrico. 2018 comenzará con una profunda
renovación en la plantilla, que sufrirá no menos de
siete bajas para dar paso a otros jugadores que permitan
revertir esa situación. Un año 2018, en el que el Caudal
cumplirá 100 años que se presume bastante duro.