El técnico ovetense (Olloniego – 1957), Adolfo Pulgar, analiza el primer
tercio de liga para el Real Oviedo. Pulgar, que jugó
dos temporadas en el primer equipo azul, fue,
posteriormente, entrenador del equipo juvenil y del
filial, donde entrenó a jugadores como Jaime Jordán,
Mario, Iván Ania, Losada, César Martín… aunque su
mayor etapa como técnico la pasó rn el Universidad
de Oviedo, donde estuvo catorce temporadas, llevando
al conjunto estudiantil a la Segunda B en dos
ocasiones. También dirigió a equipos como el
Mosconia, Tuilla y Marino de Luanco.
Cuando
se llevan 16 jornadas de liga, un poco más de un tercio
de la misma, encontramos al Real Oviedo en la décima
posición, con 23 puntos a dos puntos de la liguilla de
ascenso y a seis puntos del ascenso directo, también es
cierto que a siete puntos del descenso. Con 24 goles a
favor solo superado por Granada y Valladolid y 22 en
contra, hay solo cinco equipos con más goles encajados
que el Real Oviedo y 17 con menos. Todos estos datos son
números pero nos llevan a una realidad que es la
debilidad defensiva del equipo que no es para nada
proporcionada con el nivel ofensivo que, sin duda,
dejaría al equipo en una posición bastante más
adelantada. También vemos que es un equipo irregular
en números, al igual que en juego, con partidos muy
buenos contra equipos como el Reus, Lugo, Nástic de
Tarragona o Numancia y con malos partidos como la
segunda parte del Zaragoza, contra el Rayo, Granada o
contra el Valladolid entre otros. Un equipo con muy
buenos números en casa, 17 puntos en el Carlos
Tartiere y solamente 6 fuera de su campo. En estos
datos también se refleja esa irregularidad y
desproporcionalidad del equipo. Las conclusiones de
todos estos datos nos llevan a ver otro punto débil en
el Real Oviedo que son los puntos fuera de su estadio.
La Segunda División es una categoría muy difícil debido
a la gran igualdad existente entre todos los equipos.
Anquela, entrenador del Real Oviedo y buen conocedor de
la categoría, siempre habla de intensidad defensiva
y ahí sin duda el equipo tiene carencias, ese pilar al
que hace alusión el técnico y, como pude ver, que lo
trabaja día tras día en los entrenamientos, esperemos
que dé el resultado por todos deseado.
Anquela trató de buscar soluciones con un cambio de sistema
desde el 1-4-2-3-1, sistema preferido por entrenador, o
el 1-4-4-2 que también utilizó en algunas ocasiones,
pasó a un sistema con tres centrales, dos carrileros de
gran recorrido como Diegui y Mossa, dos pivotes y tres
delanteros. Al tener esos carrileros con subidas
constantes, debido también a su capacidad física,
liberan un poco a los tres delanteros en el aspecto
defensivo y potencia el juego de estos por dentro con lo
cual está mejorando la combinación en el último tercio
del campo y los delanteros, sobre todo los de banda, al
no tener posiciones fijas dificultan su marcaje.
Otra solución que tomó el entrenador azul
este último partido ante el Numancia fue el cambio en
la portería, donde Juan Carlos era víctima de las
iras de la afición que le culpaba de errores en algunos
goles. No lo discuto, pero sobre todo, lo que yo
percibo, es que transmitía cierta inseguridad al equipo,
sin duda alguna, debido a esa presión a la que se veía
sometido. Su salida del equipo puede ser buena para el
grupo e incluso para el jugador, para volver a retomar
confianza quitarse la presión de encima y volver a ser
el portero que está demostrando en su carrera en los
distintos equipos.
Con
estas dos decisiones, cambio de sistema y cambio de
portero, se está viendo cierta mejoría en el equipo,
también es cierto que yo he visto en los entrenamientos
y en algún partido, y por las características que tienen
en el último tercio del campo, jugadores como Hidi y
Fabrini, jugadores con lesiones de larga duración,
hizo mermar también un poco el potencial del equipo ya
que son jugadores muy talentosos y capaces de
desequilibrar un partido. Hay tiempo y sobre todo poca
distancia de las posiciones de privilegio, pero, de todo
lo analizado pienso que lo más importante a mejorar,
como siempre dice el entrenador, es esa intensidad
defensiva que sea más continua, buscar robar balón en
zonas adelantadas y sobretodo con presión tras pérdida,
ya que cogemos al equipo adversario en posición de
ataque cerca de la portería adversaria y se les puede
hacer mucho más daño; junto con la recuperación de los
lesionados y la mejora en estrategias defensivas -donde
tiene bastantes carencias el equipo-, en mi opinión
serían suficientes para lograr el objetivo.