El Nuevo Ganzábal acogió el duelo entre dos de los máximos aspirantes al campeonato de la Tercera División asturiana, Unión Popular de Langreo y Marino de Luanco, y que acabó en empate a cero tras un partido muy disputado en el que las defensas brillaron por encima de los atacantes. El Marino dispuso de ocasiones para adelantarse en el marcador en la primera parte, en la que fue mejor que los locales, pero se topó con un inspirado Adrián Torre, que volvió a dejar su portería a cero. Sin embargo, el Unión consiguió voltear la situación en la segunda parte y consiguió batir en dos ocasiones la meta de Guillermo por medio de Álvaro, aunque Pelayo en la primera ocasión y el propio Álvaro en la segunda, se encontraban en posición antirreglamentaria, lo que impidió que los tantos subiesen al marcador.

Ambos conjuntos salieron al encuentro con mucha personalidad y ninguno estaba dispuesto a ceder el control del partido al otro. El Marino propuso un partido muy físico desde el inicio, terreno en el que era muy superior a su oponente, y presionaba muy arriba la salida de balón de los de Hernán. Una idea que funcionó durante la mayor parte del primer tiempo, puesto que los azulgranas se encontraban con serios problemas para superar las primeras líneas de presión, lo que provocó que Adrián Torre fuese un recurso demasiado utilizado para sacar la pelota desde atrás. La propuesta luanquina, que no rehuía el contacto, impidió ver posesiones largas debido a las continuas interrupciones. Debido a esa intensidad Urtzi tuvo que abandonar el terreno de juego a los cinco minutos, tras un choque en la primera jugada del partido que trastocó los planes iniciales de Hernán Pérez. Los luanquinos, mucho más cómodos en este primer acto, encontraron en el balón parado su mejor arma para hacer daño a los langreanos, aunque Pantiga en primera instancia y Saavedra, posteriormente, se encontraron con un Adrián Torre que volvió a ser un muro infranqueable. El único acercamiento de los locales en la primera parte fue por medio de Álvaro, aunque su disparo, muy centrado, no puso en  serios apuros a Guillermo. 

Debido a los problemas para superar la línea de presión, Hernán decidió bajar un escalón a Omar, buscando la claridad que abriese huecos en la ordenada defensa visitante y permitiese al conjunto langreano llegar a zonas de peligro. El cambio funcionó a la perfección, ya que al primer minuto de la reanudación Álvaro remató un centro desde la izquierda al larguero, y dos minutos más tarde conseguiría batir a Guillermo en una jugada ensayada en una falta, pero Pelayo Pedrayes, que asistió a éste para que empujase el balón a la red, se encontraba en fuera de juego. Poco a poco los locales comenzaron a ganar metros, instalándose durante varios minutos en campo contrario, donde Cris Montes y Álvaro García eran un quebradero de cabeza para la zaga luanquina. Fruto de esta conexión llegaría otra gran ocasión para los langreanos, ya que Cris Montes asistió a Álvaro, que volvió a batir a Guillermo tras ganarle la espalda a la defensa, aunque, al igual que en su primer tanto, el linier anuló el gol por posición antirreglamentaria del atacante gijonés. Con el paso de los minutos, ambos conjuntos dejaron de asumir riesgos, por miedo a cometer errores que les costasen un gol que decantase el partido, y las ocasiones menguaron progresivamente. En este tramo final, el Unión mantenía el control de la posesión pero los visitantes contragolpeaban con peligro,  aunque las defensas se mostraron muy seguras e impidieron que los goles subiesen al marcador. 

Tras este empate, Unión Popular de Langreo y Marino continúan empatados a 25 puntos, a los que se suma el Llanes tras su victoria contra el Real Avilés, y mantienen la distancia de tres puntos con el Tuilla, primer equipo fuera de los puestos de play off, después de su empate ante el Roces. El principal beneficiado de este empate es el Real Oviedo “B”, que se afianza como líder de la categoría y aumenta su distancia con el segundo clasificado hasta los cuatro puntos.