Jueves 23 de
Junio de 2016
Jorge Valverde Fotos: Fierros
A tiempo pasado, el genial taconazo que Patrick
Kluivert convertía en gol, tras asistencia de
Marc Overmars, podríamos verlo como un presagio
de lo que podía venir. En la noche del 7 de
enero de 2001, no transcurrían ni 7 minutos de
la visita del Barcelona al Nuevo Carlos Tartiere
cuando Milan Martinovic, incapaz de frenar a la
pantera neerlandesa, Esteban Andrés y
Boris González –los más próximos a la acción–
personificaban el primer lamento del Real Oviedo
en el siglo XXI. Minutos después, apuntillarían
Vitor Borba, al que todos llamaban Rivaldo, y el
propio Kluivert, para poner el marcador en 2-3,
una semana antes de que hicieran lo propio los madridistas Luis Figo, Fernando Morientes, Pedro
Munitis y Steve
McManaman, para el 4-0 del Santiago Bernabeu.
Fue una entrada de siglo demasiado dura para un
equipo que trataba de minimizar los graves
problemas internos del club, que influían
directamente en su juego, por mucho que
dispusiera de 15 internacionales, 9 absolutos,
de media docena de nacionalidades, y 6 sub 21.
No obstante, el equipo transitaba todavía por le
élite, por su 13ª temporada consecutiva en
Primera División y nadie podía imaginar lo que
se avecinaba, una caída en picado que tendría su
punto álgido en la angustiosa moratoria del 1 de
agosto de 2003. Tras encadenar en dos años otros
tantos descensos deportivos, los desacuerdos
económicos con la plantilla indujeron a otro
administrativo, acumulable, que hundía a la
entidad en Tercera. Muchos apostaban por su
muerte, dando por extrapolable lo ocurrido con
los clubs más representativos de ciudades como
Burgos, Málaga o Logroño, pero el aficionado
azul no lo iba a permitir y, a partir de ahí, el
Real Oviedo puso a prueba un aguante como ningún
otro club.
Desde la espuela de Kluivert, que marca el
inicio del siglo azul, el Real Oviedo ha
triunfado en casi la mitad de los 673 partidos
oficiales que disputó, exactamente en el 46’95%.
Muchos dirán que sí, que la mayoría ante rivales
amateurs, pero también es verdad que cuando un
aficionado ve ganar –o perder– a su equipo, en
ese momento insufla una inyección de optimismo
–o desilusión– que, por momentos, le hace
olvidar la entidad del rival. En este sentido,
hay que recordar que, en el todavía pequeño
período que llevamos de siglo, el Real Oviedo ha
sido tan capaz de ganar en el Nou Camp como de
perder en A Xungueira.
Plantilla del Real Oviedo
2000-2001, única de este siglo en Primera
División. De izquierda a derecha, fila de
arriba: Boris González, Milan Martinovic,
Veljko Paunovic, Stan Collymore, Rubén
Reyes, Gaspar Gálvez, Ivo Rodríguez, Pablo
Suárez, Raúl García, Frederic Danjou y Pepe
Saavedra; fila intermedia: Radmilo Ivancevic
(entrenador porteros), Roberto Losada,
Idrissa Keita, Viktor Onopko, Radomir Antic
(entrenador), Eugenio Preito (presidente),
Quique Marigil (segundo entrenador), Iván
Ania, Oli Álvarez, Djordje Tomic y Resad
Kuvevac (preparador físico); fila de abajo:
Juan Carlos Unzúe, Frank Rabarivony, Dani
Amieva, Geni Suárez, Jaime Jordán, Esteban
Andrés, Rubén Suárez,Óscar Pérez, Juan
González y Pedro Dorronsoro. Faltan Joyce
Moreno, Peter Moller y dos que abandonaron
el equipo justo antes del mes de enero de
2001, Ricardo Bango y Albert Nadj.
En el transcurso de los 16 años y medio que
llevamos de siglo, son 266 los jugadores que han
tenido presencia en partidos oficiales. El
promedio se eleva a la quincena de debutantes
por ejercicio. Demasiados, teniendo en cuenta,
además, que fueron escasos los canteranos
capaces de completar el ciclo hasta el primer
equipo. Desde Diego Cervero, que acumula 288
partidos, hasta Luis Díaz, que recordará el
único minuto que “disfrutó” (Liga 2003-2004,
Tercera División, en Navia), se enfundaron la
camiseta azul jugadores de toda condición,
algunos para olvidar. Entre devaneos y
desatinos, cómo no recordar al danés Peter
Moller –monumental fiasco y posiblemente el
fichaje más caro de la historia oviedista– o el
visto y no visto Stan Collymore, problemático
como él solo. Era época de muy poco respeto por
el dinero.
En el lado opuesto, no debe olvidarse a los
integrantes del primer año en Tercera, aunque
sólo sea por cómo defendían los colores en
momentos tan críticos: Kily Álvarez, Jandro
Martínez, Luismi Areda, Paul Folgueras… o el
malogrado Armando Barbón, que perdía la vida en
accidente de tráfico después de disputar media
docena de partidos de aquel histórico período.
Diego Cervero (2ª, 2ªB, 3ª), Nacho López
(2ª, 2ªB, 3ª), Esteban Andrés (1ª, 2ª, 2ªB)
e Iván Ania (1ª, 2ª, 2ªB), únicos que
vistieron la camiseta azul en tres
divisiones.
Esteban en su
presentación el pasado verano.
El meta avilesino es el jugador con más
partidos en Primera División, empatado con
Veljko Paunovic.
Geni y Oli en un
entrenamiento en El Requexón. El delantero
afincado en Avilés ostenta el récord de partidos
jugados en lo que va de siglo en Segunda
División.
Manu Busto ostenta el
récord de partidos jugados en lo que va de siglo
en Segunda División B.
Tras Diego Cervero, Rafa Ponzo
es el jugador con más partidos
en Tercera División.
Diego Cervero,
además de ser el jugador que más partidos
disputó en el presente siglo, es el que más
partidos jugó en Tercera División, Copa del
Rey y Promociones.
Jon
Carrera es el jugador que más
partidos de Copa Federación
disputó en el siglo XXI,
empatado con Diego Cervero.