
Visten camiseta
azulona pero no son asturianos. Aún así merece
la pena hacer un repaso a la historia de un club
que este fin de semana se puede convertir en una
inspiración para millones de aficionados de
equipos de fútbol modestos. El Leicester City
puede pasar de ser un conjunto que hace unos
años militaba en el equivalente inglés de la
Segunda B, a resultar el campeón de la
liga que más ha gastado en fichajes en
Europa.
El Leicester
City es líder de la Premier League a siete
puntos del número dos, el Tottenham Hotspur, y a
tan sólo tres jornadas del final de liga. Este
domingo juega en el famoso “Teatro de los
Sueños”, el Old Trafford del Manchester United.
Si gana al equipo que dirige Louis Van Gaal, se
convertiría matemáticamente en el campeón de la
Premier. El Manchester necesita los puntos para
meterse en zona de Liga de Campeones, cuenta con
el factor campo y las casas de apuestas lo ven
como favorito, en algunos casos con bastante
diferencia (la victoria del Leicester se paga
a casi el doble que la del Manchester), pero
aún así: si hay una cosa que nos han enseñado
“The Foxes” es que eso de que “soñar es gratis”
y que “no hay nada imposible” no son frases
hechas.
La historia de
este equipo de una ciudad del centro de
Inglaterra que no llega a los 300.000
habitantes, resulta muy familiar para los
seguidores de los equipos asturianos. El
Leicester City y el Real Oviedo comparten algo
más que el color de la camiseta.
El Leicester es
históricamente un equipo de la Segunda División
inglesa (Football League Championship) y, de
hecho, igual que el Oviedo, está entre los que
más éxitos han conseguido en esa categoría. Como
los carbayones, tuvieron sus años de gloria
pudiendo jugar en la máxima categoría pero su
mejor resultado nunca pasó de una segunda
posición en la temporada 1928/29. Del mismo modo
que sucede en otros equipos de categorías
inferiores, llegó un momento en el que el
Leicester necesitó que alguien les salvase de la
ruina económica. Si en Oviedo desembarcaron los
mexicanos con un proyecto que parece
cada vez más comprometido con el club, a
Leicester llegaron los tailandeses a través del
grupo empresarial Asian Football Investements (AFI).
La compra
accionarial de AFI se produjo en 2010 pero poco
antes, en la temporada 2008/09, el Leicester
jugaba en el equivalente a la Segunda B. Ha sido
la única vez que han estado fuera de la primera
o segunda división inglesa, y acabaron ganando
la liga ese año, pero no deja de sorprender que
el actual líder de la todopoderosa Premier
League, hace apenas seis años, estuviera jugando
en la Segunda B.
Después de
ganar la Football League Championship en la
temporada 2013/14, el Leicester volvía a la
máxima categoría después de diez años. La vuelta
a la Premier no traía buenos presagios y en ese
primer año, para Navidad, cerraban la tabla.
Aquí empieza el “milagro” del Leicester. Pese a
llegar a tener un balance de 20 puntos en 29
partidos, lograron remontar y sobrevivir en la
primera división, algo que sólo otros dos
equipos han conseguido en la historia de la
Premier (sólo el West Brom y el Sunderland han
mantenido la categoría siendo colistas en
Navidad).
Esta
temporada el Leicester dejaba ir a Nigel Pearson,
el hombre que devolvió al equipo a la Premier, y
se hacía con los servicios de Claudio Ranieri.
La misión del italiano cuando le contrataron era
únicamente evitar que el equipo volviera a
descender. A tres semanas para el final de liga,
su equipo le saca siete puntos al segundo.
A jugadores
como Jamie Vardy, que empezó en el fútbol
amateur y esta temporada se apuntó récords como
marcar
13 goles en 11 partidos consecutivos, ya les
están saliendo planes de hacer una película
sobre su vida. Y a sus 29 años es una de las
esperanzas de la selección inglesa para la
Eurocopa de Francia.
El Real Oviedo sigue en Segunda pero el objetivo
es volver a Primera. Quedan siete jornadas y
sólo hay siete puntos de diferencia con el
Leganés que, después de ver lo que ha hecho el
Leicester, hasta parece fácil. Ya no es una
cuestión de creer que se puede; estamos viendo
que sí que se puede.