El filial azul terminó goleando a un Roces que dice adiós a sus opciones reales de permanencia. Javi Álvarez marcó por partida doble y el Vetusta jugó a placer en campo contrario.

4						-		0
Real Oviedo "B"							TSK Roces
Nº	Jugadores	A	R	C	G	P	Nº	Jugadores	A	R	C	G	P
1	Nacho					3	1	Nahuel					2
2	Shaq					2	2	Reyero			64'		1
4	Iñaki Domínguez					2	4	Mateo					2
5	Kike Torrent					2	5	Keko					1
3	Lula					2	3	Jordan					1
6	Edu Cortina	36'				3	6	San Eloy					1
8	Héctor ©				57'	3	8	Amine	32'				1
7	Lucas					3	7	Paramio ©			75'		2
10	Javi Álvarez			71'	25'53'	4	11	Ernesto			64'		2
11	Pibe			78'		3	9	Carlos Ramos					2
9	Edo			78'	76'	2	10	Chema					2
BANQUILLO							BANQUILLO
12	Sebas del Olmo			78'		1	12	Dani			64'		1
13	Gorka (P.S.)						13	Pedro (P.S.)
14	Iván Conceiçao			78'		1	14	Manu			75'		1
15	Manu Arbas						15	Cueto			64'		1
16	Guille			71'		2	16	Luciano
ENTRENADOR							ENTRENADOR
Juan Fidalgo							Florín Pérez
Goles:		1-0 m. 25 Javi Álvarez; 2-0 m. 53 Javi Álvarez; 3-0 m. 57 Héctor; 4-0 m. 76 Edo.
Árbitro:		Cano Fernández, asistido por Fernández Ceferino y Miranda Hevia. Delegación de Nalón. (3)
Incidencias:		El Requexón. Campo nº 1. Terreno de juego en perfectas condiciones. 120 espectadores.

El Vetusta no falló en un compromiso donde se presentaba como claro favorito, a pesar de las numerosas bajas que obligaban a Juan Fidalgo a convocar a tres juveniles: Manu Arbas, Guille y Conceiçao, estos dos últimos del equipo de Liga Nacional. No llegaba en mejor situación el Roces, que también tuvo que tirar de sus equipos juveniles para completar la convocatoria y paliar las numerosas bajas y ausencias en el equipo.

Desde el inicio salieron mandones los locales, imponiendo su juego combinativo a un conservador Roces, que trataba de defender con las líneas muy juntas en campo propio, a la espera de una contra para intimidar la portería de Nacho.

Javi Álvarez, el mejor del partido, demostró encontrarse muy cómodo en la mediapunta y cada vez que entraba en juego creaba peligro a un Roces que formaba con una defensa de 19 años de media. El meta juvenil del Roces, Nahuel, evitó el primer gol en el minuto 8, desbaratando con su cuerpo un remate a bocajarro de Lucas, tras un buen pase entre líneas de Javi Álvarez.

El Roces dio su primer, y único, aviso en el primer período, en el minuto 18, con una contra de Carlos Ramos que acabó en saque de esquina.

El Oviedo "B" generaba mucho peligro por la banda derecha, con las internadas de Lucas, apoyado por un Héctor que caía continuamente a la banda. Precisamente un centro de Lucas dio pie al primer gol, que remató Javi Álvarez en boca de gol.

Se llegó al descanso con el 1-0 y un filial volcado, que merodeaba continuamente el área rocista, pero que no encontraba remate en los metros finales.

El paso por vestuarios no cambió el guión del partido y el Vetusta sentenció en apenas diez minutos. Pibe, tras un flojo primer tiempo, se convirtió en el protagonista y la mayoría de las jugadas pasaban por sus botas. El extremo llegado del Real Betis este mercado invernal asistió a Javi Álvarez y a Héctor en el segundo y tercer gol, los centrocampistas culminaron su centro con un ajustado remate, inalcanzable en ambos casos para Nahuel. El propio Héctor pudo anotar el cuarto, también a pase de Pibe, en el minuto 71, pero, libre de marca y en boca de gol, remató fuera.

El Roces, muy blando en líneas generales, tuvo opciones para marcar al menos un gol, la más clara en el minuto 73 con un centro desde la izquierda que remató Chema en el segundo palo y que desbarató Nacho, haciendo una demostración de reflejos.

El italiano Edo cerraría la cuenta, tras aprovechar un inocente error de la zaga gijonesa en la salida de balón, que le permitía batir desde la zona del punto de penalti a un vendido Nahuel.

El triunfo aúpa al Oviedo "B" a la séptima plaza, a sólo dos puntos del Tuilla, que termina la jornada en cuarta posición. El Roces continúa en el farolillo rojo a nueve puntos de la permanencia, una situación casi irreversible, ya que la salvación pasa por ganar los cuatro partidos restantes y que apenas puntúen sus adversarios.