Jueves 17 de
Marzo de 2016
Jorge Valverde Fotos: D. Hevia / Fierros
Aprieta el
Trasona, que no es capaz de sobrepasar el muro
que forman Manolo Aparicio, Mandi Díaz, Vicente
Villamil y Fernando Cuesta, la defensa de un
Colloto que se está mostrando mucho más eficaz
en los desplazamientos que en casa. El duelo
entre dos rivales directos, que mantienen una
distancia relativamente cómoda con la zona
peligrosa, no se desnivela y es el conjunto
corverano, dirigido por Amador Alonso, el que
toma la iniciativa en los inicios de la segunda
parte. Llegado el minuto 53, hay córner contra
la portería del Colloto, que ejecuta Javi Mendi,
Breixo Lorenzo no llega al remate y el balón cae
a pies de Javi Campo, que arma su cañón
y, de magnífico zurdazo, sorprende a Viti
González.
Así
se gestó el primer tanto de Tercera División en
el siglo XXI. Es la tarde del 6 de enero de 2001
y el gol es un buen regalo de Reyes para el
Trasona, que ganó el partido, aunque, cuatro
meses después, el equipo de Corvera de Asturias
no podrá evitar el descenso, tras un dramático
encuentro en Infiesto. Desde entonces, el
Trasona no sólo no regresó a la categoría, sino
que acabó desapareciendo. El campo El Palacio
ahí sigue, impasible, viendo pasar el intenso
tráfico de la Y, pero huérfano de fútbol
federado.
Desde el
formidable remate de Javi Campo, la Tercera
vibró con 15.011 goles más. El número 5.000
llegaba en una tarde metida en agua, la del 19
de febrero de 2006, cuando el maliayo Marcos
Trivín, delantero del Siero, que había
presenciado desde el banquillo casi todo el
partido ante el Real Avilés Industrial (2-2),
salía en la recta final del choque para batir al
joven guardameta realavilesino, Iván García.
El 10.000
era obra de Rubén Menéndez,
centrocampista del Lealtad, que el 6 de enero de
2011, en otra tarde de Reyes –casualmente, justo
10 años después del primero– marcaba de penalti
al Universidad. El actual jugador del Colunga
batía, de penalti, a Chema Fernández.
Y llegó el
15.000. El pasado domingo, en el Nuevo
Ganzábal, Claudio Medina -en la foto
superior- destrozaba al Tuilla con tres goles.
Concretamente, el segundo fue el que significó
la cifra redonda. El leonés recibió un buen
servicio de Manu Blanco y cruzó a la red de José
Peláez.
La cadencia goleadora del grupo asturiano de
Tercera División nos hace suponer que el 20.000
llegará en las primeras semanas de 2021.
De izquierda a derecha, Javi Campo [Trasona],
Marcos Trivín [Siero], Rubén Menéndez [Lealtad]
y Claudio Medina [Langreo], autores de los
veintiunescos goles 1, 5.000, 10.000 y 15.000,
respectivamente, de nuestra Tercera División.
Aunque la sección
se centra en el XXI, no podemos dejar de
aprovechar la ocasión para rememorar el primer
gol que se cantó en la Asturias de Tercera
División. El nacimiento de la categoría es tan
problemático como curioso. En principio, sólo un
club asturiano, el Stadium Avilesino, estaba
interesado en disputarla, por lo que era
integrado en el grupo de Galicia, medida que los
clubs gallegos boicoteaban, pues no querían
mermar sus economías con el costoso viaje a
Asturias. Es entonces cuando entra en escena el
Club Gijón y la Federación decide crear un grupo
exclusivamente asturiano ¡con dos equipos! El
primer partido de la categoría, disputado el 12
de enero de 1930, en el desaparecido campo de
Las Arobias, ubicado a orillas de la ría de
Avilés, concluía con la victoria (1-0) del
Stadium Avilesino, gracias al gol de Emilio
Vallina, ariete que luego participaría en el
primer ascenso del Betis a Primera División.
Casi 70 años después, en Grado, el 17 de
diciembre de 2000, Oli García, defensa
del Mosconia, ejecutaba una falta para batir a
Santi Calvo, del Real Avilés Industrial, y
firmar el último gol que la Tercera División
produjo en el siglo XX.
Emilio Vallina [Stadium Avilesino] y Oli García
[Mosconia] marcaron, con 70 años de diferencia,
el primer y último gol tercerdivisionarios en el
siglo XX.
En
la distribución de goles por temporadas, el
período estuvo muy cerca de traernos el récord
absoluto de la categoría, que data del ejercicio
1985-1986 (1.054 goles). Sólo fueron 5 goles
menos los acumulados en 2007-2008 y 2010-2011,
ejercicios que tuvieron como máximo cotizantes
al Real Oviedo, de Diego Cervero, y al Tuilla,
de Borja Prieto, respectivamente.
La distribución
goleadora por equipos nos desvela al Langreo
como el máximo aportador, si bien, en el
promedio por temporada, es superado por el
Caudal (64’30) y el Universidad Oviedo (62’75).
También el Real Sporting B (67’33) y el Real
Oviedo (83’00) muestran promedios superiores,
aunque la militancia de ambos en la categoría es
mucho menor.
Si consideramos a
los 18 equipos que compitieron, al menos, en la
mitad de las 16 temporadas que transcurren de
siglo, vemos que la relación entre el factor
campo y el gol tiene al Tuilla en su máximo
exponente, con el 63’50% de los goles anotados
en su feudo. El caso contrario lo representa el
Real Avilés, con el 52’53%. Aquí parece cobrar
sentido la influencia de las diminutas
dimensiones de El Candín y las amplias del Román
Suárez Puerta.
A la hora de
analizar el gol, el factor campo sólo dejó de
influir en 3 de los 49 equipos que han militado
en la Tercera División de este siglo. Son el
Candás, que marcó 16 goles más en los
desplazamientos que en La Mata; el Narcea, que
suma 7 más que en El Reguerón; y, de momento, el
Colunga, que lleva 4 goles más a domicilio que
en Santianes.
Entre 2004 y
2007, Armando Quesada fue el gran dominador de
la tabla de goleadores, con tres Pichichis
consecutivos, todos al servicio del Lealtad, de
modo que se acercaba un poco al récord de
trofeos que ostenta el avilesino Juan Carlos
González, que, entre las temporadas 1984-1985 y
1991-1992, atesoró 5 Pichichis, 4 como
jugador del Langreo y 1 del Hispano, éste
compartido con Pipi Rodríguez, compañero de
ataque en el equipo castrillonense.
Trofeo
compartido, sólo hubo uno en este siglo. Carlos
Santórum, del Narcea, y Ángel Lobera, del Real
Avilés Industrial, igualaban en la temporada
2001-2002, con la circunstancia de que ambos
equipos se enfrentaban en la última jornada, sin
que Carlos ni Ángel marcaran.