Victoria gris del Andés

Los naviegos, que firmaron un partido apático, se llevan tres puntos vitales de San Gregorio ante un Universidad con más ganas que juego. 

La tarde gris no ayudó a pasar el mal trago que causó el partido. Si bien la situación en la tabla de ambos equipos no invitaba a la fiesta del fútbol, el Universidad descendido y el Andés pendiente de un hilo, que no despacharon un buen partido. Con un planteamiento poco o nada definido y un ritmo de juego lento y, cuando no, precipitado, inquietar al oponente tal podría considerarse una quimera. Los minutos pasaban y los bostezos entre los no más de cincuenta espectadores que se dieron cita en el San Gregorio aparecían en forma de goleada.

Cumplida la primera hora de juego, el Andés decidió meterle una marcha más al partido, o incluso dos, lo que le sirvió para replegar un poco más las líneas del Uni y así tener más facilidad de llegada. El acoso era notable, y la presencia en el área, por medio de peligrosas internadas de sus extremos, aún más. Y es que en una de ellas, los de Rodri obtuvieron premio en forma de penalti gracias a unas manos de Xose en el minuto 36. David asumió la responsabilidad y, desde los once metros, no falló. 0-1. Y descanso.

Tras la reanudación, el Uni despertó, quiso la pelota y con ella el dominio del partido. Manu Franganillo cogió la batuta y junto con sus hombres del medio, tiraron del equipo para intentar revertir la situación que se antojaba complicada. Cumplido el cuarto de hora, tras la salida de un córner conseguían la igualada. Jaime Cuesta botaba desde la esquina izquierda un buen balón al corazón del área, y Enrique de cabeza lograba el empate. 1-1.

Tras el gol, no solo el marcador se igualaría, sino que el partido también se equilibró. Cualquiera de los dos podría llevarse el partido. La intensidad iba in crescendo, y el ansia por ganar era palpable. Finalmente, en el minuto 74, serían los naviegos los que conseguirían llevarse el gato al agua. Un mal despeje de la zaga local habilitaba a Sergi para que este, dentro del área, batiera a bocajarro a Rodri tras un impetuoso e inapelable disparo. 1-2. Quedaba un cuarto de hora, y el Andés era consciente de la importancia del resultado por lo que amarrar este partido se antojaba imprescindible. De aquí al final, los de Iñaki Artabe se volcaron, pero el partido no trajo consigo mayor novedad, si bien la intensa lluvia tampoco colaboraba.

Este resultado permite al Andés diferenciar en cuatro puntos, a expensas de la jornada de mañana, a su inmediato perseguidor, el Entrego, y con el que se pelea por no ocupar esa plaza diecisiete que a día de hoy es de descenso. Por su parte el Universidad, ya descendido matemáticamente, suma ya con esta la cuarta derrota consecutiva.