Pumarín y Vallobín, dos gallos de la categoría, empatan en un partido trepidante. Mario, jugador visitante, fue trasladado en ambulancia tras un choque fortuito.

No perder. Esa era la prioritaria premisa de ambos equipos antes de salir al terreno de juego de Los Castañales. Y así lo evidenciaron desde los primeros minutos. La intensidad no era normal, sino que iba ligada a lo que tanto Pumarín como Vallobín se estaban jugando: el ascenso. En una primera parte de mucha brega pero sin apenas ocasiones, el partido (puro fútbol) estaba siendo bonito hasta que transcurrida la media hora de juego Mario, central del Vallobín, llevó el susto a las gradas tras un encontronazo aéreo con Llavona, lo que le produjo una inconsciencia momentánea y el posterior traslado en ambulancia al hospital con una conmoción cerebral por traumatismo craneoencefálico. Esta incidencia mermó a los dos equipos que en el cuarto de hora restante para el descanso apenas crearon buen fútbol.

La segunda parte estaría marcada por la emoción. El paso por los vestuarios sirvió para que ambos conjuntos salieran con la idea de darle una marcha más al partido y así exprimir al máximo sus virtudes. Y es que si en algo es especialista el Pumarín es en jugadas a balón parado gracias al guante de su 10. En el minuto 53, Pablo, tras el bote de una falta cercana al área, colocaba el balón en la red haciendo inútil la estirada de Adán. 1-0.

Sin embargo, este gol sirvió como el pinchazo de un alfiler a un Vallobín que estiró todavía más sus líneas para así tener una mejor llegada al área rival y por consiguiente intentar forzar el empate. Y así lo hizo doce minutos más tarde Ondina, que desde la frontal, ejecutó un preciso disparo a la escuadra colocando de esta manera el empate a unos. Este gol no relajó a los de Pedro Luís, que en el 77 se ponían por delante gracias a un genial y colocado chut a la cepa del poste de Gonzalo tras encontrarse un balón muerto al rechazo de un córner.

Tras este jarro de agua fría, los de Toni Candano decidieron jugar a la ruleta rusa. Con un fútbol ofensivo total, los locales embotellaron a un Vallobín que veía peligrar su renta. Al borde del final, el Pumarín consiguió no irse de vacío. Cristo, tras toparse un balón dividido en el área, inyectó con éxito la pelota en las mallas. Los últimos minutos fueron bastante locos en uno y otro campo, pero finalmente el resultado de empate a dos no se movió.

Este guarismo permite a los dos conjuntos estar una semana más en los puestos de play off, pero aprieta un poco más la pelea con el resto de perseguidores.

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