La primera parte transcurrió sin pena ni gloria. Ambos equipos saltaron al terreno de juego con la intención de hacerse con el dominio del partido desde los primeros instantes. El Uni, por un lado, intentaba hacer daño a la espalda de la zaga azul con un juego muy directo a base de balones aéreos llenos de intención. El Oviedo, por su parte, desempeñaba un juego combinativo muy elaborado, pero sin mucha precisión en el último pase.  Ambas ideas apenas se tradujeron en serias oportunidades de gol, aunque si bien fue el filial carbayón el que, con el paso de los minutos, llevó la batuta del partido hasta el descanso.

El segundo acto llevaría la misma tónica que el primero. Los dos equipos, fieles a su idea, buscaban con esmero el mínimo resquicio de un hueco y así empezar a meter el miedo en el cuerpo al rival y llevar el ¡uy! a la grada. Y así lo hizo, y además con premio, el Oviedo a los diez minutos tras la reanudación. Diegui, desde la banda derecha, le envía a Allyson un genial pase, y el ariete, dentro del área, coloca el balón en las mallas. Este gol caería como un jarro de agua fría en el conjunto universitario del cual, a la postre, no se repuso. Y eso que le echó ganas estirando sus líneas y agobiando por momentos a los azules, pero los de Iván Ania, hoy muy ordenados, achicaban cualquier intento. La puntilla del partido les llegaría al conjunto de Artabe a falta de dos minutos para el final. Guille, recién salido, derriba a Allyson dentro del área señalando el árbitro penalti. El diez brasileño desde los once metros marcaba el segundo cuando solo restaba el descuento para la conclusión del partido.

Este resultado alarga la crisis de un Universidad de Oviedo que a falta de diez jornadas ve cada vez más cerca el descenso. Por su parte el filial oviedista, con estos tres puntos, permanece una semana más en los puestos de play off de ascenso.

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