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U.P. Langreo 2.014: El año del regreso a la Segunda B

Lunes 29 de Diciembre de 2014
Nacho Díaz
Fotos: D. Hevia / Fierros
La Felguera

Se va un año histórico para el Unión Popular de Langreo. Un año en el que la afición langreana dejó atrás 11 años de batacazos en Tercera para regresar a la categoría de bronce. Y no sólo hay que destacar lo deportivo, ya que en el plano institucional el Unión vive una buena época tras muchos años de malas gestiones y de poca estabilidad en la directiva.

Pero no todo fueron alegrías en 2014. El Unión comenzó el año como líder de Tercera División, en un buen estado de forma y dando buena imagen. Sin embargo el mes de enero fue el comienzo de una de las peores rachas de la historia del club en categoría autonómica. La derrota ante el Ceares por 0-1 fue el preludio de una racha de 4 derrotas en 5 partidos que complicó el título de liga a los pupilos de Pablo Lago. Pareció recomponerse el Unión con tres victorias seguidas entre finales de febrero y principios de marzo, pero lo peor estaba por llegar. La derrota y mala imagen en Andés, el insulso empate sin goles frente al Universidad de Oviedo, y sobre todo el humillante 0-5 contra el Tuilla en Ganzábal pusieron a Pablo Lago en el punto de mira de la afición debido al mal juego del equipo y a la inevitable pérdida de las opciones de campeonar. La directiva langreana tomó la decisión de mantener a Lago hasta el final de la temporada, decisión que despertó una gran división de opiniones y que finalmente acabó saliendo bien. Tras la dura derrota frente al Tuilla el Unión comenzó a recuperar sensaciones de cara al play-off de ascenso, logrando 13 de los últimos 15 puntos y finalizando en segunda posición. El primer objetivo del año –el título de liga- se había escapado, pero todavía estaban vivas las opciones de lograr el objetivo más importante: el ansiado ascenso.

Play-off de ascenso a Segunda B.

Había muchas dudas sobre qué cara se vería del Unión en la promoción de ascenso. El fiasco de no campeonar obligaba al Langreo a superar tres eliminatorias para volver a Segunda B, algo que se antojaba muy complicado. El primer rival fue el Atlético de Monzón, 5º clasificado del grupo aragonés que jugó el play-off por la imposibilidad de hacerlo del 4º clasificado de su grupo. La ida se jugó en tierras oscenses, y el 0-1 logrado gracias al gol de Carly a pocos minutos del final puso en clara ventaja al Unión, que además había conseguido ganar fuera de Asturias por primera vez desde 2003. En el partido de vuelta no hubo sobresaltos, ganando el conjunto langreano por 2-0 y pasando a la segunda ronda por primera vez en este sistema de competición. Más complicado fue el enfrentamiento contra el Haro en la siguiente ronda: el conjunto riojano venció por 1-0 en el partido de ida, quedando todo pendiente para la vuelta en Ganzábal. Nacho Méndez igualó la contienda en el minuto 1 y Chus logró el 2-0 mediado el segundo periodo, pero tuvo que ser Guillermo el que diese el paso al Unión con una parada antológica en la última jugada del encuentro. Final de infarto que daba el pase al Langreo a la última ronda, en la que esperaba uno de los conjuntos más potentes de Tercera, el Mérida. El empate sin goles logrado en el Estadio Romano lo dejó todo pendiente para Ganzábal, y el 22 de junio llegó el gran momento.

Los actos vandálicos en los aledaños de Ganzábal una hora antes del encuentro no evitaron el lleno absoluto del coliseo langreano, que colgó el cartel de no hay entradas. El partido fue trabado, con mucho respeto por parte de ambos conjuntos. Se rozó la tragedia a pocos minutos del descanso con un disparo del Mérida que se estrelló en el palo, y hubo que esperar al minuto 78 para que Ganzábal estallase de alegría tras un claro penalti provocado por Mansilla tras una jugada personal de Pablo Acebal que el propio jugador transformó en gol. En el gol del ascenso. En el gol del retorno. Con el pitido final se vino abajo Ganzábal, y pese al interés de un grupo de aficionados emeritenses por boicotear la celebración langreana, nada pudo evitar que el Unión festejase como se merecía la vuelta a la categoría de bronce.

Vuelta a Segunda B.

La planificación para la nueva temporada tuvo como principal novedad el cambio de entrenador: se fue Pablo Lago y llegó José Antonio Redondo procedente de L’Entregu. En lo relativo a jugadores, en el plano de bajas destacó un nombre por encima de todos. El capitán Carly dejó Ganzábal tras 8 años, bastantes goles, y sobre todo tras darlo todo por el club temporada tras temporada. También fue muy comentada la marcha del pichichi Chus, llegando en su lugar “el Califa” Ortiz, mientras que la dura tarea de reemplazar a Guillermo en la portería correspondió a Javi Díaz y al langreano Adrián Torre. La cesión de Robert y la llegada de Pablo Álvarez recién comenzada la liga cerraron una plantilla en la que continuaron varios de los referentes de la pasada campaña, como Nacho Méndez, Pablo Acebal, Otero, Mendi y Nuño.

A
finales de agosto llegó el momento de la verdad con el comienzo de la liga, y la verdad es que al Unión le costó arrancar. Una sola victoria en las seis primeras jornadas empezaban a poner el nerviosismo entre la afición por la falta de puntos, pero a raíz de la victoria en Astorga el conjunto de Redondo empezó a mejorar sus resultados, logrando ocho partidos consecutivos sin perder y asentándose en la zona media de la clasificación pese a las incontables lesiones que están lastrando a la plantilla. Entre medias se produjo una noticia destacable en la directiva, y es que Ana Belén Pacho dejó la presidencia por motivos personales, asumiendo el cargo el hasta entonces vicepresidente Víctor Fernández-Miranda. En las últimas semanas del año el Unión no estuvo en su mejor momento, con cuatro partidos sin ganar. Sin embargo la distancia con el descenso sigue siendo lo suficientemente amplia como para pasar las fechas navideñas con tranquilidad y comenzar 2015 con optimismo.

En resumen, el año 2014 va a terminar como el mejor para el Unión desde 2003. A los grandes resultados deportivos ya comentados se suma la mejoría en la parcela directiva. Los impagos a la plantilla son cosa del pasado y el club vuelve a ser un ejemplo de seriedad y de hacer las cosas bien. Poco a poco la afición empieza a responder a este buen hacer y es de esperar que las afluencias a Ganzábal sigan mejorando en el próximo año. 2014 fue el año de volver, y 2015 debe ser el año de mantenerse y seguir creciendo.

 

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