El árbitro gijonés, González Carbajal, fue el protagonista del partido, con dos penaltis muy rigurosos a favor de los visitantes y la expulsión del cuerpo técnico local.

El Caudal “B” perdió frente al Pumarín en un partido en el que el colegiado gijonés,  González Carbajal,  fue el auténtico protagonista tras señalar dos penas máximas muy dudosas y expulsar, a instancias de su linier, al entrenador local, a su delegado y al jugador mierense Pablo.

Fue un partido disputado, pero aburrido, en el que los locales merecieron mucho más, ya que fueron los que llevaron siempre la batuta. El encuentro se torció en el minuto 20 cuando el árbitro señaló un riguroso penalti a favor del Pumarín. Chuti no desaprovechó el favor y puso por delante a los suyos en medio de las quejas de los locales.

Estas quejas le hicieron un flaco favor al filial blanquinegro ya que, a instancias de sus linier, el árbitro expulsó a Diego Caces y amonestó a Carlos, portero reserva. Los mierenses acababan desquiciados tras la nefasta gestión del colegiado gijonés.

Tras el descanso los blanquinegros salieron con ganas y, así, consiguieron igualar la contienda gracias a un gol de Dani.

7 minutos más tarde el colegiado volvió a ser protagonista, no apreciando falta en una carga ilegal sobre Álvaro en la que acabó señalando penalti por mano de Pablo, al que mandó al vestuario antes de tiempo, una acción muy protestada por los locales. Chuti no desaprovechaba el regalo y establecía el definitivo uno a dos. Esa jugada acabó con los nervios locales. El delegado caudalista se fue a la calle por protestar y el filial ya no levantó cabeza.

El Caudal B se mantiene en la zona media de la tabla mientras que el Pumarín consigue tres puntos que le mantienen en la lucha por alcanzar el tercer puesto.