El Oviedo conserva una semana más la primera plaza, merced a una victoria de mérito ante un Astorga que pudo haber merecido más.

 

El Real Oviedo consiguió los tres puntos en un partido muy sufrido y que, a la larga, valen algo más que eso. De paso, pudo brindarle la victoria a los más de dos mil oviedistas desplazados. Y es que el equipo azul, a pesar de verse con ventaja desde bien temprano, no lo tuvo nada fácil ante un Astorga muy correoso y en un escenario muy poco propicio para la práctica del fútbol; el césped se encontraba muy  embarrado y tuvo un papel protagonista en el guión del partido. 

Comenzaba el encuentro en el municipal de Astorga y al equipo de Sergio Egea no se les podían poner las cosas más de cara desde el principio. A los tres minutos de juego Héctor Font recibía el balón en la medular, en el mismo momento en que sus geniales ideas rondaban su cabeza para hacer de ese esférico oro molido. Eligió el pase en profundidad a la carrera de Miguel Linares, y el killer en un mano a mano con Javi, y por decimonovena vez en esta temporada, no falló. Cero a uno, y con ello el estallido de júbilo de la numerosa hinchada visitante.

Lejos de relajarse, el Oviedo quiso el balón y el dominio del partido. Pero hoy, además del equipo astorgano, jugaba en contra el mal estado del césped que impedía que los azules desplegasen su juego combinativo, apostando de esta manera por un juego más práctico y menos vistoso. Y así, al cuarto de hora, llegaría la mejor ocasión que tuvo el Oviedo para dejar bien encarrilado el partido. De la misma manera que llegó el tempranero gol, Héctor Font recibe el balón en el medio del pasto, y con un pase a la carrera de Sergio García, deja solo al zamorano delante del portero pero su disparo por debajo de las piernas del cancerbero no vio puerta debido al barro, pero Linares muy listo en segunda instancia tampoco fue capaz de introducir el esférico en las mallas.

A partir de esta ocasión, el partido empezó a coger tintes de segunda b, con muchas disputas por el balón y con poca profundidad en ambas áreas, lo que ayudó al Astorga a creer en sus posibilidades. En el minuto 22, Ivi desde la frontal avisaba con un potente disparo que salió rozando la escuadra de la portería defendida por Esteban. Eran minutos para el Astorga que tomaba el control del balón y del partido, rondando con mucho ahínco el área oviedista. A diez minutos para el final, los astorganos disfrutarían de la ocasión con más peligro de este primer acto. Ivi, de nuevo, tendría en sus botas el empate tras una buena internada por banda derecha pero su disparo se estrelló en el lateral de la portería de Esteban. El Oviedo lo estaba pasando mal, y esta temporada, a diferencia de otras, sabe enfriar el partido y dejar que los minutos pasen para que llegara el descanso. Y así fue. 

 La segunda parte, si bien la primera fue por instantes algo trabada y de mucha brega, esta lo sería durante gran parte de estos segundos cuarenta y cinco minutos. Ambos equipos, durante los primeros compases, eran incapaces de hilvanar tres pases seguidos que desembocaran en una jugada de peligro, lo que bien interesaba al Oviedo con el reloj a su favor.

 Sin embargo a partir del cuarto hora, el equipo maragato cogió las riendas del partido y encerró a un Oviedo por momentos desconocido, en gran medida propiciado por el estado del césped que si bien no ayudaba a ninguno de los dos equipos pero sobre manera a un Oviedo que esta temporada se caracteriza por la fluidez con el balón en su poder. El despliegue ofensivo del Astorga fue descarado pero la hoy muy seria defensa azul impedía cualquier acometida. Incluso algún despeje de la zaga habilitaba las carreras de Sergio García y Linares y con ellas la posibilidad de aumentar la renta.  

Cumplida la media hora de esta segunda parte, el equipo astorgano disfrutaría de una buena ocasión a balón parado por medio de Lago, pero su disparo fue repelido gracias a una meritoria intervención del meta avilesino. De aquí al final el acoso por parte de los de Carlos Tornadijo fue total, pero la estoica zaga azul con unos no menos pletóricos Omgba y Erice achicaban balones de cualquier manera, ortodoxa o no. Incluso el oficio de los carbayones ayudaba al paso de los minuto gracias a pérdidas de tiempo, poca fluidez del juego etc; aspecto que otros años brillaba por su ausencia, lo cual, se quiera o no, gana partidos. Sin embargo los astorganos iban a tener su última oportunidad para empatar en el descuento con un centro chut de Diego que se estrelló en la madera ante el asombro de los aficionados locales que ya celebraban el punto conseguido. Pero este año, o al menos de momento así parece, la suerte parece estar de cara de los carbayones, que no hace menos falta que la veteranía que esta plantilla posee para ganar este tipo de partidos que en mayo se pueden canjear por campeonatos. 

Al final, tres puntos que viajan para Oviedo y con ello el liderato una semana más, saboreado por los más de dos millares de espectadores que alentaron al equipo en una fiesta vivida en Astorga, fuera y dentro del campo.

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